La industria más chic de todas se reinventa con ayuda de la web.
Si usted forma parte del selecto grupo de consumidores que se niega a adquirir su ropa y sus accesorios online, y considera que la única manera de comprar las prendas es yendo a un almacén: prepárese, pues es una especie en vía de extinción.
Así lo demuestran las cifras que evidencian cómo el comercio electrónico se está ligando cada vez más a la industria de la moda para generar jugosas ventas que, por ejemplo, en el Reino Unido llegarán a las 7 billones de libras (alrededor de 10.500 millones de dólares) en el 2015, según unas proyecciones realizadas por el Consejo Británico de la Moda.
Aunque en principio el tema podría parecer un poco lejano, Colombia no se queda atrás en el fenómeno y, aunque apenas comienza, ya impulsa el negocio de algunas páginas de internet como MercadoLibre, donde reportaron un crecimiento del 54,6 por ciento en las ventas de esa categoría en el país durante el año pasado.
“Es interesante observar que cada vez más las mujeres no tienen la necesidad de realizar viajes al exterior para conseguir mejores precios y ofertas”, sostuvo Marcelino Herrera Vegas, gerente general de la empresa en el país.
La tendencia tampoco ha sido ajena a compañías que, aunque no están especializadas en el segmento, están dispuestas a apostarle a su desarrollo.
Es el caso del Grupo Éxito, que a través de su tienda virtual ha lanzado una oferta exclusiva de marcas premium, como Kenneth Cole, y prevé un desarrollo interesante de la categoría.
“Las ventas crecieron 250 por ciento en dos meses.
Actualmente, calzado y maletas representan entre el 50 y el 60 por ciento del total de las ventas; algo interesante es que, aunque nos ha ido muy bien en Bogotá y Medellín, los lugares donde no tenemos almacenes tienen un desarrollo importante”, señaló Ricardo Henao, director de comercio directo de la compañía.
Esta tendencia es tan dinamizadora que, según Sussy Cefair, jefe de marca Quebuenacompra.com, “los beneficios de las ventas virtuales también pueden extenderse a las tiendas físicas.
En nuestro caso, por ejemplo, la gente compra un bono de ‘pague 50 mil pesos y redima 100 mil’, y cuando va al punto de venta no solo adquiere artículos por ese valor sino que, normalmente, invierte más y lleva más productos de los que pensaba”, aseguró.
Este tema también representa un reto para los modelos de distribución actuales.
Un estudio realizado por DHL en Europa, evidenció que es necesario que las compañías adapten su cadena de valor para ser más flexibles y adecuarse así a la demanda de manera más eficaz para mantener, de esta manera, la satisfacción de los consumidores.