Usuaria de la compañía denunció que usaron su nombre para vender paquetes a otras personas.
El derecho Hábeas Data, de la Corte Constitucional, limitó el uso de información personal.
A Carolina Echeverri la llamó un asesor de la empresa de telecomunicaciones Claro que tenía todos sus datos personales, hasta la fecha de expedición de su cédula -que ni ella recuerda-, para explicarle que iban a proceder con la instalación de servicios en una dirección que ella desconocía y que después averiguó que era en el barrio El Salvador, en el oriente de Medellín, donde no tiene ninguna propiedad.
“Yo inmediatamente llamé a la línea de atención al cliente para poner la queja por suplantación y atendieron mi requerimiento, pero lo más increíble fue que después de informar esa situación, me volvieron a llamar días después para activar un servicio del que no tenía ni idea. Eso quiere decir que no bloquearon mi usuario ni protegieron mis datos. No hicieron el debido proceso”, denunció Echeverri, que es cliente de Claro desde hace varios años.
Entonces Carolina, molesta, decidió llamar al otro número de contacto -que ella no conocía y que le dio el asesor que atendió su denuncia- haciéndose pasar por una asesora de Claro. Asumía que era el teléfono de la persona que intentaba instalar servicios a su nombre. Y así fue.
“Me contestó la señora. Validé si había realizado la solicitud del servicio y los datos con los que realizaba el trámite. Me pidió unos minutos para ir a buscar el número de la cédula que ‘lo tenía por allí apuntado en un papelito’. Me dio hasta dolor de estómago, cuando mal recitado, dijo el número de mi cédula. Le pregunté a quién correspondía ese documento y dijo, muy tranquila, que a su hermana”, recordó la comunicadora social de 31 años.
“Entonces le dije que esa cédula no era de nadie de su familia y asustada me preguntó que cómo lo sabía. Y le dije que el documento era mío. La señora me dijo que un asesor de Claro que fue a hacer una actividad de promoción al barrio le dijo que como ni ella ni ninguna persona de su familia había pasado el estudio crediticio, él le podía ayudar a conseguir una persona que le servía para el trámite con la única condición de que ‘no la hiciera quedar mal'”, agregó molesta Echeverri.
La cliente de Claro también averiguó en la llamada que el asesor que utiliza ilegalmente sus datos se llama Édison, a quien no ha podido denunciar ante la Fiscalía esperando que la compañía le confirme totalmente la identidad y aclare si es o no uno de sus empleados, pues el hombre, denuncia Carolina, ha utilizado sus datos personales para activar al menos tres servicios de la empresa de telecomunicaciones en Medellín.
Gabriel de la Casas, de la dirección de Asuntos Corporativos de Claro, dijo que la empresa ha estado en permanente contacto con Carolina Echeverri.
“Nosotros estamos del lado de la usuaria, por eso estamos investigando lo que pasó, pero puedo garantizar que la información de nuestros clientes no se usa de mala forma”, aseguró el vocero y agregó que el de Carolina puede tratarse de un caso de tráfico de cédulas, porque la mujer había perdido su documento de identidad días antes.
Lo que se pregunta Carolina es ¿por qué sabía el asesor datos como la dirección de su casa y su número celular si solo tenía la cédula?
“Si Claro no me demuestra que se trata de una red de tráfico de documentos, pues tiene un problema porque incumplió el derecho Hábeas Data”, sentenció.
La denuncia también fue puesta ante la Superintendencia de Industria y Comercio. Claro tendría 20 días hábiles para responder a la entidad.