Lo que conocíamos que funcionaba ya no es igual. Aquellas estrategias comerciales que las empresas usaban para convencer a sus clientes hace años ya no sirven. El cliente es el centro del negocio, la inmediatez y la conectividad son dos de los principales argumentos para que los usuarios decidan invertir, ya que hoy los productos pasan a un segundo plano, siendo las soluciones los principales argumentos para tomar esa decisión.
El mundo es ágil y dinámico. Para alcanzar los 100 millones de usuarios, la telefonía fija demoró 75 años y la móvil 16. Internet tardó 7 años en conseguirlo, Facebook 4 y medio, WhatsApp 3 años, Instagram 24 meses y el juego Candy Crush Saga, tan solo 15 meses.
En 1995, IDC reportaba 16 millones de usuarios de Internet, lo que representaba 0.4% de los habitantes del mundo con acceso a la red. En junio de 2017, la misma consultora afirmaba que 51% de las personas utilizaban Internet, es decir, 3.885 millones de internautas.
Lo anterior demuestra que el mundo es un lugar conectado, donde la movilidad es parte fundamental para la vida de las personas y la tecnología cambió la cotidianidad y la rutina de los individuos. Pero lo anterior es solo una parte del proceso, donde las invenciones y adopción de diferentes herramientas permiten evolucionar y operar eficientemente.
El cambio del siglo XVIII al siglo XIX trajo no solo un nuevo número, sino que entre 1700 y 1800 surge la primera revolución industrial, en donde la economía deja de ser dependiente de la agricultura y la artesanía para incorporar la industrialización, el vapor y la concentración de capitales.