Descubre los pilares de una estrategia de ciberseguridad y ciberresiliencia efectiva para la protección de datos y la continuidad del negocio
La protección de datos y por ende de la infraestructura conformada por los servidores y dispositivos de las organizaciones cobra una relevancia cada vez mayor en un estadio avanzado de la digitalización de las tareas cotidianas y de la sensibilidad de la información que tienen a cargo. ¿Cuáles son los pilares básicos para implementar una estrategia de ciberseguridad eficaz?
En 2021, el daño global por ciberdelincuencia ascendió a 16.400 millones de dólares por día, 684,9 millones de dólares por hora, 11 millones de dólares por minuto y 190.000 dólares por segundo.
¿Por qué es relevante la ciberseguridad en el mundo de hoy?
La integración de las tecnologías digitales al trabajo cotidiano conlleva enormes beneficios para las organizaciones, pero también una mayor vulnerabilidad a las amenazas cibernéticas. Por otro lado, los propios ataques, dirigidos a la información y a la infraestructura crítica, se volvieron mucho más sofisticados. El acceso indebido y la alteración de datos confidenciales puede conducir a la interrupción de la actividad normal de las organizaciones implicando altos costos.
La ciberseguridad es la práctica de proteger y recuperar los sistemas críticos y la información confidencial de los ataques digitales. Las medidas de seguridad cibernética están diseñadas para combatir las amenazas contra los sistemas y aplicaciones en red, originadas desde dentro o fuera de una organización.
Un enfoque integrado y automatizado de ciberseguridad y resiliencia cibernética acelera la detección, capacidad de respuesta e investigación de las amenazas cibernéticas.
5 pilares para una estrategia de ciberseguridad efectiva
Dentro de las herramientas, tecnologías y servicios elementales que se pueden implementar para reducir la vulnerabilidad a los ciberataques se encuentran: Compromiso del liderazgo: la seguridad cibernética debe contar una aceptación generalizada en el nivel más alto de la organización para obtener el compromiso y generar un sentido de responsabilidad compartida de los empleados.
Evaluaciones periódicas de riesgos: es una práctica rentable y eficiente que ayuda a identificar las amenazas y a determinar si los controles implementados son adecuados para la protección de los activos digitales.
Cultura robusta de ciberseguridad: las contraseñas débiles, los correos electrónicos de phishing, las llamadas fraudulentas y los archivos adjuntos con malware tienen su origen en las acciones humanas. La formación regular de los usuarios debe integrarse en los valores y la visión de la organización junto con el ofrecimiento de incentivos y recompensas para modelar el comportamiento de ciberseguridad deseado.
Soluciones de seguridad integradas: la defensa sólida contra las amenazas cibernéticas se crea en forma de capas coordinadas, desde aplicaciones y soluciones de seguridad de red hasta sistemas de prevención de intrusiones y software antivirus. Para obtener una visibilidad completa del panorama de amenazas, las diferentes soluciones deben estar integradas para evitar que se generen baches.
Trabajo conjunto con una empresa dedicada a la ciberdefensa: asociarse con una empresa que cuente con pericia en el área permite aprovechar los mejores conocimientos y experiencia en ciberseguridad disponibles frente a la complejidad y tiempo que insumen los peligros cibernéticos.
Proteger, detectar y evolucionar: un ejemplo de soluciones de ciberseguridad
Las soluciones de Micro Focus abordan la resiliencia cibernética y la integración de la ciberseguridad a lo largo del ciclo de vida de la empresa a través de tres acciones:, para proteger el negocio, detectar cambios en la superficie de riesgo y desarrollar su capacidad para abordar nuevas amenazas. Proteger sistemas, aplicaciones y datos. Únicamente los usuarios autorizados deben contar con acceso a los sistemas con información sensible para tener registro de sus acciones. Además, es fundamental ser capaz de detectar vulnerabilidades en las aplicaciones y diseñar una red de protección de los datos. Detectar riesgos superficiales. Para esto, es importante conocer los datos con los que se cuenta y dónde se encuentran alojados para minimizar el riesgo de robo e incumplimiento y comprender el comportamiento de los usuarios para identificar patrones anormales. Evolucionar hacia la detección de nuevas amenazas: anticipar los nuevos métodos de ataque mediante el modelado de riesgos permitirá crear defensas e implementar rápidamente soluciones eficientes en las instalaciones y en la nube.
280 días es el retraso promedio entre la detección y contención de brechas frente a ataques cibernéticos, tiempo en el cual los usuarios pueden estar destruyendo datos maliciosa o erróneamente.
En suma, la vulnerabilidad de las organizaciones en materia de ciberseguridad se origina principalmente en la falta de herramientas y de concientización sobre los peligros a los que se encuentra expuesta. Los costos monetarios y de reputación que acarrean son elevados y su solución no puede esperar.
¿Está tu empresa tomando medidas para proteger su información?