En 2026 ya no vamos a hablar solo de hackers más rápidos, sino de una economía movida por inteligencia artificial, donde cada decisión, transacción y relación con el cliente pasa por algoritmos que pocos entienden. Muchas empresas en Colombia usan IA para vender más, automatizar tareas y responder a sus clientes, pero sin una estrategia clara para medir y controlar el riesgo asociado. Cuando la identidad de tu gerente puede ser imitada por un deepfake, tus datos de entrenamiento pueden ser manipulados y tu navegador se convierte en puerta de entrada, la ciberseguridad deja de ser un costo y pasa a ser parte del modelo de negocio. En este contexto, entender las predicciones que plantea Palo Alto Networks para asegurar la nueva economía de IA es clave para decidir hoy cómo quieres que se vea tu empresa en 2026;
👉 LEE NUESTRO BLOG y proyecta ese futuro con criterio propio.
La fotografía global que presenta Palo Alto Networks es contundente: el tráfico asociado a IA generativa creció más de 890 % en 2024, y con él también aumentaron los incidentes de seguridad ligados al uso de estas herramientas dentro de las organizaciones. No se trata solo de más datos circulando, sino de más decisiones críticas apoyadas en modelos que consumen, procesan y generan información sensible en tiempo real. En paralelo, la propia compañía alerta sobre una brecha de talento de millones de profesionales de ciberseguridad y el hecho de que solo una pequeña fracción de las organizaciones declara tener una estrategia de IA realmente madura. Es decir, estamos acelerando la adopción de IA más rápido de lo que fortalecemos las capacidades para asegurarla. En Colombia la foto no es muy distinta: una parte importante de las grandes empresas ya implementa IA en sus operaciones y planea incrementar su presupuesto en los próximos años, pero la conversación de seguridad, cumplimiento y gobierno de datos no siempre avanza al mismo ritmo que las pruebas de concepto y los pilotos comerciales.
La primera clave que resalta Palo Alto Networks es que la identidad se convierte en el nuevo campo de batalla de la economía de IA. La mayoría de las identidades que operan en una empresa ya no son personas, sino servicios, aplicaciones, agentes de IA y microprocesos que se hablan entre sí, con una relación de decenas de identidades no humanas por cada usuario humano. En la práctica, esto significa que puedes tener un director financiero extremadamente cuidadoso con sus credenciales, pero cientos de tokens, API keys y cuentas de servicio con permisos mucho más amplios que se mueven sin un inventario claro. En la nueva economía de IA, si no sabes exactamente qué identidades existen, qué hacen, qué datos tocan y qué nivel de privilegio tienen, estás dejando puertas abiertas que ningún firewall tradicional va a resolver. El enfoque pasa de “proteger usuarios” a “gobernar identidades humanas y no humanas”, con controles de mínimo privilegio, rotación automática de credenciales, monitoreo continuo y políticas que entiendan el contexto, no solo la contraseña.
A esta complejidad se suma el papel de los agentes de IA como nuevos “colaboradores digitales” dentro de la empresa. Palo Alto Networks advierte que veremos un aumento notable de agentes autónomos que tomarán decisiones, ejecutarán tareas y se integrarán en flujos de trabajo críticos, desde la atención al cliente hasta la gestión de infraestructura. Esto tiene un matiz positivo y otro inquietante. Por un lado, libera tiempo humano y mejora la eficiencia operativa; por otro, convierte a esos agentes en objetivos prioritarios para atacantes que intentarán manipular sus instrucciones, cambiar su contexto o usarlos como canal para extraer información. Ya hemos visto señales preocupantes: investigaciones recientes han documentado ciberataques a gran escala donde la IA ejecutó más del 90 % de las tareas sin intervención humana significativa, desde la recopilación de información hasta la generación de código malicioso. Si un agente de IA en tu organización puede leer correos, conectarse al CRM o disparar flujos de automatización, comprometerlo es casi como tener un insider con superpoderes.
En Colombia, donde las empresas medianas suelen apoyarse en equipos pequeños de TI y en proveedores externos, el riesgo es aún más delicado. Es muy habitual que un mismo bot o asistente se conecte a varias fuentes de datos, a sistemas de facturación o a plataformas de soporte sin que exista un documento claro que describa sus permisos, su propósito y sus límites. Desde TODO EN UNO.NET insistimos en que ningún proyecto de agentes de IA debe avanzar sin tres preguntas respondidas por escrito: qué problema de negocio resuelve, qué datos necesita y quién es responsable de su supervisión continua. A partir de allí se diseña el modelo de autorización, se establecen controles de registro y se define cómo se va a auditar su comportamiento; sin eso, el “agente inteligente” puede convertirse en un nuevo eslabón débil.
La tercera predicción crítica es el envenenamiento de datos y modelos como vector de ataque estratégico. Si antes el objetivo era entrar a una base de datos y robar información, en la nueva economía de IA el atacante puede buscar modificar silenciosamente la data o el pipeline de entrenamiento para que el modelo aprenda patrones erróneos, discrimine casos concretos o abra excepciones para ciertos escenarios. En un banco, esto podría significar aprobar más fácilmente transacciones de un grupo específico; en una empresa de salud, priorizar de forma equivocada ciertos diagnósticos; en una compañía de crédito, sesgar la evaluación de riesgo hacia determinados perfiles. Este tipo de ataques son especialmente peligrosos porque no siempre generan un incidente visible de inmediato: el sistema sigue “funcionando”, pero sus decisiones empiezan a desviarse poco a poco.
Para las organizaciones colombianas que ya están entrenando modelos con datos propios, el mensaje es claro: proteger la IA implica proteger todo su ciclo de vida, desde la recolección de datos hasta el despliegue en producción. Eso incluye clasificar las fuentes de datos, validar su integridad, establecer procesos de revisión humana para cambios en los conjuntos de entrenamiento y documentar las versiones de los modelos. El enfoque “DevSecOps” debe evolucionar hacia un “MLOps seguro”, donde cada ajuste del modelo quede trazado, auditado y validado por equipos que entienden tanto de negocio como de ciberseguridad. No basta con confiar en la nube o en el proveedor de la plataforma; el accountability final sobre los datos y las decisiones sigue siendo de la organización.
En paralelo, la realidad regulatoria también se está moviendo. Palo Alto Networks anticipa un incremento de la responsabilidad ejecutiva sobre los riesgos asociados a IA, con juntas directivas y altos cargos obligados a demostrar que conocen, gestionan y supervisan estos riesgos de forma estructurada. En Europa se avanza con marcos específicos sobre IA, pero incluso cuando una regulación no sea local, termina influyendo en los estándares que exigen clientes, aliados y grupos de interés. En Colombia, la Estrategia Nacional de Seguridad Digital y las orientaciones en materia de protección de datos personales ya ponen sobre la mesa la necesidad de fortalecer gobierno, resiliencia y cultura de seguridad, y es cuestión de tiempo que los proyectos de IA entren explícitamente en ese radar. Las juntas directivas que hoy tratan la IA como “tema de innovación” y no como componente de riesgo estratégico se verán presionadas por aseguradoras, reguladores y socios de negocio para demostrar que tienen políticas, procesos y métricas claras alrededor de su uso.
Si quieres bajar estas tendencias globales a la realidad concreta de tu organización, con un diagnóstico honesto de tu nivel de madurez y un plan viable para 2026, es mucho más fácil hacerlo acompañado que empezar de cero; en TODO EN UNO.NET venimos ayudando a empresas a ordenar sus proyectos de IA, sus datos y sus controles de seguridad con una visión funcional, no teórica.
Otra de las predicciones fuertes de Palo Alto Networks tiene que ver con el papel de la criptografía y el futuro cuántico. Hoy, muchos atacantes no necesitan romper el cifrado de inmediato: les basta con exfiltrar datos sensibles, almacenarlos y esperar a que las capacidades de cómputo y los algoritmos avancen lo suficiente como para descifrarlos más adelante. Eso convierte en especialmente críticos los datos con larga vida útil: historiales de pacientes, expedientes legales, contratos de infraestructura, secretos industriales, bases de clientes, registros financieros. Las organizaciones deben empezar a evaluar qué información seguirá siendo sensible dentro de diez o quince años y cómo migrarán progresivamente hacia algoritmos resistentes a ataques cuánticos, antes de que el problema sea inabordable. Aunque parezca lejano, este tipo de planificación es muy similar a lo que ya estamos acostumbrados a hacer con la obsolescencia de sistemas operativos o con la renovación de certificados; simplemente, ahora el horizonte temporal y el impacto potencial son mucho mayores.
La sexta línea que redibuja el mapa de la seguridad en la economía de IA es el navegador como nuevo “sistema operativo” de la empresa. Cada vez más trabajo se realiza desde aplicaciones web, SaaS y consolas en la nube: CRM, ERP, banca, marketing, analítica, soporte, desarrollo. Palo Alto Networks anticipa que la protección deberá llegar hasta el último milisegundo antes de que los datos salgan o entren por el navegador, con modelos de Zero Trust que no se limitan a la red o al dispositivo, sino que se aplican a la sesión concreta y al contexto de cada interacción. Esto implica que las organizaciones ya no pueden depender únicamente de una VPN o de un antivirus; necesitan visibilidad y control sobre lo que ocurre en el punto donde el usuario real, humano o agente de IA, se conecta con la aplicación que maneja datos críticos.
En Colombia, el incremento de incidentes de ciberseguridad reportado por las autoridades en los últimos años muestra que los atacantes han entendido perfectamente este cambio de superficie de ataque, mientras muchas empresas siguen confiando en arquitecturas pensadas para un mundo de oficinas centralizadas y aplicaciones en servidores propios. Cuando sumamos a esto el uso masivo de IA generativa desde los propios navegadores, a menudo sin la aprobación formal de TI, aparece un nuevo frente de riesgo: datos confidenciales copiados en prompts, descargas de modelos o extensiones poco confiables y decisiones de negocio apoyadas en herramientas que no han sido evaluadas desde la seguridad. Según estudios recientes de la propia industria, el uso no autorizado de herramientas de IA por parte de desarrolladores y equipos de negocio se está convirtiendo en una preocupación central para los responsables de seguridad.
Ahora bien, la misma IA que introduce nuevos riesgos también puede convertirse en un aliado poderoso de la defensa. Informes sobre confianza digital señalan que la IA generativa puede ayudar a simplificar la notificación de incidentes, traducir datos técnicos a lenguaje ejecutivo y automatizar análisis que antes tomaban días. Varios proveedores, incluido Palo Alto Networks, están integrando capacidades de detección, correlación y respuesta basadas en IA que permiten identificar patrones de ataque en tiempo real, priorizar alertas y reducir el tiempo de respuesta. La pregunta para las organizaciones colombianas no es si van a usar IA en ciberseguridad, sino cómo van a hacerlo de manera responsable, alineada con sus riesgos y con su presupuesto. Para una pyme no tiene sentido aspirar a un SOC global, pero sí puede beneficiarse de servicios administrados, arquitecturas simplificadas y automatización de tareas repetitivas como la gestión de parches, el endurecimiento de la postura en la nube y la revisión básica de configuraciones.
Aquí es donde la visión funcional marca la diferencia. En TODO EN UNO.NET no partimos de la tecnología, sino del negocio: qué procesos son críticos, qué datos no pueden perderse, qué regulaciones aplican según el sector y qué impacto tendría una interrupción prolongada. Sobre esa base se construye una hoja de ruta 2026–2030 que combina controles técnicos, ajustes organizacionales y formación de personas. No se trata de comprar más herramientas, sino de lograr que las que ya tienes se comuniquen entre sí, que el inventario de activos sea real, que las identidades estén gobernadas y que los escenarios de crisis se hayan ensayado. Sin esa disciplina, incluso la mejor plataforma de IA para ciberseguridad se queda en un panel bonito que nadie mira a tiempo.
En el contexto colombiano hay además un elemento que no podemos ignorar: la cultura y el talento. Estudios recientes muestran que un porcentaje muy alto de directivos y trabajadores en Colombia ya usa herramientas de IA tanto en lo personal como en lo laboral, con niveles de adopción que superan el promedio global. Eso es una oportunidad extraordinaria para acelerar la transformación, pero también un recordatorio de que la brecha de capacidades específicas en ciberseguridad sigue siendo importante. Muchas organizaciones tienen gente curiosa, disciplinada, dispuesta a aprender, pero carecen de un programa estructurado que integre conocimiento técnico, normativo y estratégico. Lo que proponemos desde TODO EN UNO.NET es convertir esa curiosidad en una ventaja competitiva, construyendo programas de formación que expliquen, con lenguaje cercano, cómo se conectan la IA, la protección de datos, la continuidad del negocio y la responsabilidad directiva.
Cuando miramos hacia 2026 desde esta perspectiva, las seis predicciones de Palo Alto Networks dejan de ser una lista de tendencias globales y se convierten en una guía práctica para revisar la casa por dentro. La pregunta ya no es si vas a usar IA en tu negocio, sino si vas a hacerlo con identidad gobernada, con datos protegidos, con modelos vigilados, con directivos involucrados, con criptografía preparada para el futuro y con un navegador que no sea una puerta abierta permanente. El tiempo para decidir no es 2026, es ahora. Cada piloto de IA que lances sin gobierno es un nuevo riesgo que se acumula; cada proceso que automatices sin revisar su huella de datos es un posible incidente en gestación. La buena noticia es que todavía estás a tiempo de ordenar las piezas y construir un modelo de seguridad que acompañe el crecimiento de tu empresa, en lugar de frenarlo.
Y si quieres hacerlo con un socio que entienda tanto la realidad local como las mejores prácticas internacionales, con experiencia real en proyectos de automatización, cumplimiento y transformación digital, en TODO EN UNO.NET hemos vivido esta evolución desde antes de que existiera la palabra “transformación digital”. Llevamos décadas ayudando a organizaciones a pasar de la reacción al diseño consciente de su arquitectura de seguridad, y hoy ponemos esa experiencia al servicio de la nueva economía de IA.
Si has llegado hasta este punto, seguramente lo has hecho porque reconoces en tu propia organización alguno de los dilemas que hemos recorrido: proyectos de IA que avanzan más rápido que los controles, identidades que se multiplican sin un gobierno claro, navegadores llenos de accesos a aplicaciones críticas y una sensación incómoda de que un incidente serio podría desbordar la capacidad de respuesta de tu equipo. Lo comprendo porque durante más de treinta años he visto ese mismo patrón repetirse con cada ola tecnológica: primero llega la promesa de eficiencia, luego la adopción acelerada, después los primeros incidentes y, finalmente, la toma de conciencia de que la seguridad no puede seguir siendo un apéndice, sino un eje de la estrategia. La diferencia hoy es que el impacto de un error se amplifica por la velocidad y la escala de la IA: un modelo mal entrenado, un agente mal configurado o un navegador sin controles pueden afectar en minutos lo que te tomó años construir. Desde TODO EN UNO.NET acompañamos ese momento de lucidez con un enfoque que combina diagnóstico honesto, diseño estratégico y ejecución funcional. Empezamos por entender tu negocio, tus datos y tus obligaciones regulatorias; después priorizamos las iniciativas que realmente reducen riesgo y mejoran eficiencia, y finalmente te ayudamos a implementarlas con equipos internos y aliados, sin perder de vista la realidad de tus presupuestos y tu cultura. No buscamos que dependas ciegamente de la tecnología, sino que la conviertas en un instrumento al servicio de decisiones más informadas y empresas más resilientes. Aumentamos la eficiencia de tu empresa con soluciones digitales y normativas, pero sobre todo construimos una relación de acompañamiento continuo, donde cada avance en IA y cada cambio en el entorno de amenazas se traduce en ajustes concretos, formación permanente y mejora de tus prácticas. La meta no es solo que sobrevivas a la nueva economía de IA, sino que te conviertas en uno de los referentes que la aprovechan con responsabilidad, criterio y humanidad.
¿Listo para transformar tu empresa con tecnología funcional?
