Cuando recibes una llamada inesperada donde alguien pregunta por datos tuyos, tu empresa o accesos bancarios, sientes cómo se activa una alerta interna. Y si eres responsable de procesos, finanzas o tecnología en tu organización, ese escalofrío se vuelve preocupación legítima: el fraude digital ya no solo viene por correos o enlaces sospechosos, sino por la voz al otro lado de la línea. En Colombia, casi tres de cada diez personas que fueron blanco de un intento de fraude digital entre agosto y diciembre de 2024 dicen que la vía fue una llamada telefónica fraudulenta, conocida como vishing.
Si tu empresa aún no ha diseñado un plan efectivo frente a esta amenaza, estás dejando una brecha considerable en tu estrategia de cumplimiento y seguridad.
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Durante mis más de treinta años liderando procesos de transformación digital y compliance en empresas de todos los tamaños, he observado cómo un fenómeno aparentemente sencillo —una llamada de teléfono— puede convertirse en la puerta de acceso más riesgosa al robo de datos, al fraude financiero o a la suplantación de identidad. En el contexto colombiano este riesgo ha evolucionado con rapidez: para el segundo semestre de 2024, un estudio de TransUnion reveló que el 27 % de los colombianos que informaron haber sido víctima de fraude digital identificaron la vía A como una llamada telefónica (vishing). Esta cifra exige una reflexión profunda dentro de tu organización: no basta con tener un firewall o un sistema de detección de correos maliciosos, sino que hay que considerar al canal telefónico como uno de los vectores más activos de ataque.
Es decir: muchos usuarios tienen más de un número móvil, lo que facilita que las voces “de confianza” se conviertan en el vehículo de los estafadores. Estos aprovechan la familiaridad, la urgencia o el desconocimiento para inducir a revelar claves, datos financieros o información de acceso.
El contexto global también aporta señales similares: el vishing, al igual que el smishing (fraude vía SMS), se posiciona entre las tácticas más reportadas por las víctimas de fraude digital.
Esto nos lleva a concluir que el fraude por llamada no es un problema aislado de la empresa, sino una tendencia que exige un cambio de paradigma en el enfoque de prevención.
Esto indica no solo el daño inmediato, sino las acciones de mitigación que siguen y que implican tiempo, recursos y desgaste operativo.
La visibilidad de que “solo” el 9 % de los colombianos encuestados declara haber sido víctima de fraude mediante correo electrónico, llamada o SMS verdaderamente “consistentemente” puede dar una falsa sensación de seguridad.
Pero el 33 % de los encuestados afirmó haber sido blanco de un intento de fraude y no cayó.
Es decir: la amenaza está ahí, incluso cuando no se materializa en daño irreparable. Y si tu empresa no está preparada, el próximo “intento” podría convertirse en una realidad.
Segundo, revisa tus procesos telefónicos: ¿qué controles tienes para las llamadas entrantes, para la verificación de identidad del interlocutor? ¿Tus empleados saben exactamente cuándo colgar, cómo validar la autenticidad de la llamada y cómo reportarla? En esta era de transformación digital y cumplimiento, la telefonía ya no es un canal menor. Durante un análisis funcional con una empresa del sector financiero en Bogotá, detectamos que la falta de autenticación de las llamadas generaba pérdida de tiempo y dinero. Al implementar un mecanismo sencillo de verificación dual (llamada saliente de retorno al cliente) se redujo el intento de fraude por teléfono en más del 60 % en seis meses.
Tercero, integra tecnología con propósito. Aquí entra la unión de automatización, inteligencia de negocios y controles normativos (todo dentro de la visión 2026-2030 de TODO EN UNO.NET). Se puede desplegar una solución que detecte patrones de llamadas sospechosas, integre datos de riesgo en tiempo real y active bloqueos automáticos o alertas internas. No se trata de adoptar tecnología por moda, sino de usarla para proteger funcionalmente tu operación. El informe de TransUnion subraya esta necesidad: los sistemas de verificación de identidad y señales de riesgo anticipado son los ejes que exigen los analistas hoy.
Cuarto, integra esta defensa telefónica dentro de tu estrategia global de cumplimiento, privacidad y cultura digital. Esto implica que la función de Habeas Data no quede relegada a lo digital-online sino que abarque canal telefónico, medios de contacto y cualquier vía en las que se pueda pedir, compartir o validar información personal o financiera.
Quinto, define un plan de respuesta y remediación eficiente: si ocurre un intento de fraude por llamada, ¿qué ruta de atención tienes? ¿Congelar cuentas, alertar clientes, reportar envío de información fraudulenta, revisar accesos? La rapidez define la reducción de daño. Mi recomendación: protocoliza el proceso, registra casos, aprende de ellos y ajusta el sistema. Con más de 30 000 blogs escritos a lo largo de mi trayectoria, he visto que las empresas que registran y analizan cada incidente construyen defensas cada vez más robustas.
La tecnología podría incluir sistemas de bloqueo de llamadas automatizadas, integración con listas de reputación de números, análisis de tiempo de conversación y comportamiento del interlocutor. Al mismo tiempo, los procesos deben documentar cómo validar la identidad del cliente o proveedor que llama, cómo escalar sospechas, cómo reportar internamente y cuál es la acción inmediata. El cumplimiento debe vigilar que esto esté integrado con tus políticas de protección de datos personales y continuidad operativa.
Si tu empresa maneja facturación electrónica, pagos en línea o acceso remoto a sistemas críticos, el canal telefónico no puede seguir siendo un “punto débil” no gestionado. Dentro de la estrategia 2026–2030 de TODO EN UNO.NET, adoptamos una visión integral: la automatización y la inteligencia de negocios no solo mejoran eficiencia, sino que también fortalecen control y prevención. Dicho de otro modo: la tecnología está al servicio de la funcionalidad y de la prevención real.
Desde TODO EN UNO.NET acompañamos a empresas que conscientes o no, enfrentan el desgaste, la pérdida y la incertidumbre que genera una llamada fraudulenta mal gestionada. Conozco de primera mano lo que implica pasar de operar sin controles al éxito de una cultura donde la prevención por teléfono es tan natural como el correo corporativo. Entiendo tu preocupación porque muchas veces la llamada parece inocua, pero el daño se manifiesta después. Por eso diseñamos consultorías que arrancan con un análisis panorámico de tu empresa, siguen con la definición estratégica del canal telefónico, y culminan con implementación funcional: entrenamiento de equipos, automatización de alertas y verificación de identidad, formación en cumplimiento, todo con el respaldo de inteligencia de negocios. Aumentamos la eficiencia de tu empresa con soluciones digitales y normativas. Y el acompañamiento no termina tras la entrega: mantenemos actualizaciones, medición, ajustes y crecimiento constante para que no solo mitigues el riesgo, sino que te conviertas en líder de tu sector. Si estás listo para transformar cómo tu empresa responde a la amenaza de llamadas fraudulentas y convertir ese canal en un pilar de confianza operativa, estamos preparados.
