Si la incompetencia de su jefe le
produce estrés, no pierda la concentración en su trabajo, pues el error en las
tareas es sólo suyo.
Un líder que no esté preparado
puede afectar el desempeño de sus compañeros y la productividad.
La incompetencia, y más si es de
un líder de trabajo, desencadena en el grupo muchas y muy delicadas
consecuencias que llegan a afectar, de manera interna, el desarrollo normal de
sus actividades y, en algunos casos, repercute en el desempeño y crecimiento de
las compañías.
Ahora bien, esa incomodidad
frente al jefe ‘incompetente’ puede dar origen a estados de estrés que bajan el
desempeño de los empleados, que aun siendo muy comprometidos con la empresa se
sienten desmotivados, con frustración o juzgan que el manejo directivo que su
jefe aplica no es el más acorde con las necesidades de la compañía.
Ricardo Garcés, Country Manager
de Trabajando.com Colombia, especialista en temas laborales, puntualiza sobre
las características que presenta un líder incompetente: “un jefe que no está
preparado para el rol líder que asume dentro de la compañía delega en exceso
las actividades a sus subordinados, tarda en tomar decisiones que beneficien al
equipo o a la empresa, los somete a presión de trabajo, se involucra poco con
la gente que le rodea y por lo tanto, no conoce a sus empleados”.
Aun así, las empresas pueden
tener, sin percibirlo, un directivo que no cumple con las expectativas de ser
un guía idóneo, del cual sus empleados puedan aprender y que les genere respeto
y admiración.
Por ello, es bueno analizar que
para mediar y no caer en el tedio del trabajo, se debe pensar en negociar,
orientando con respeto al jefe y procurando mejores resultados y ambiente.
Además, alinee criterios, es
decir, trabaje de manera autónoma y busque unir sus ideas con las de su jefe.
Busque aliados para un trabajo
equitativo y, finalmente, si no logra conectarse con su líder, acuda a recursos
humanos para no poner en peligro su puesto.