A pesar de que la partida de Steve Jobs no ha impactado desde el ámbito de los negocios a Apple, a un año de su muerte hay un sinsabor en la industria.
El reciente iPhone 5, así como la tercera generación del iPad, que debutó en
marzo, han sido éxitos comerciales rotundos, que han consolidado a la compañía
hasta el lugar que ostenta hoy: la empresa con la mayor capitalización bursátil
de todos los tiempos.
Para los expertos, los competidores de ambos dispositivos se han acercado
peligrosamente. Samsung ya ha tocado el primer lugar en ventas de teléfonos
inteligentes, batiendo al iPhone, mientras que en el sector de las tabletas,
Amazon ha logrado reducir de 80 por ciento a 52 por ciento la parte de la torta
para el iPad.
Hoy posee el 21 por ciento de las ventas en Estados Unidos con sus modelos
Kindle Fire.
Por todo ello, y ante la crítica por la falta de innovación y sorpresa, a un
año de la muerte de Steve Jobs muchos lo añoran y esperan que su estela mágica
siga presente en los productos de su amada Apple.
“Todos perdimos. (Jobs) era nuestro Picasso.
No había nadie como él. Apple continuará prosperando, pero no como cuando
Steve estaba ahí”, dijo Larry Ellison, presidente de Oracle.