Muchas fábricas comienzan a automatizarse para ahorrar el dinero de los salarios.
Al entrar a la planta del fabricante chino de SUV y camiones Great Wall Motor
Co., es fácil olvidar que uno está en el país con mayor población del mundo.
Robots de fabricación suiza giran y se inclinan, estampando marcos metálicos
de puertas y soldándolos al esqueleto de la carrocería de un mini-SUV llamado
Haval M4.
Los trabajadores de guardapolvo azul y casco amarillo son pocos en el mayor
complejo fabril de Geat Wall, ubicado en Baoding, unas 90 millas (144
kilómetros) al sudoeste de Pekín.
“Con la automatización, podemos reducir la cantidad de personal y ahorrar
dinero”, dijo Hao Jianjun, gerente general de Great Wall, que invirtió 161
millones de dólares para mecanizar cuatro plantas con 1.200 robots.
“En tres años, este costo estará cubierto en su totalidad con el ahorro en
salarios”.
El precio promedio de un robot para fábricas es de alrededor de 50.000
dólares antes de su instalación.
Tras el agregado de los robots, la cantidad de soldadores de Great Wall pasó
de 1.300 a solo unos 400.
El año pasado, las ventas de robots industriales en China llegaron a las
22.577 unidades, lo que representa un aumento del 51 por ciento respecto de
2011.
Eso coloca a China sólo detrás de Japón y Corea del Sur y por delante de
Alemania y Estados Unidos en la compra de nuevos robots.
Al cuadruplicarse las ventas de robots de 2006 a 2011, China va camino a
convertirse en el mayor mercado de robots industriales del mundo en 2014,
pronostica la Federación Internacional de Robótica con sede en Fráncfort.
Al alcance de la mano
La industria automotriz de China lidera la ola de automatización, en
particular en sus empresas conjuntas con General Motors Co., Honda Motor Co. y
Volkswagen AG.
La electrónica de consumo, el procesamiento de alimentos y bebidas y las
industrias del plástico y los textiles siguen sus pasos.
“Lo que estamos viendo es que los robots aumentan en número en muchas
industrias en las que ya son comunes en el resto del mundo”, explicó Yuchan Li,
analista de la consultora económica de Hong Kong GaveKal Research.
“En el caso de China, todavía hay muchas oportunidades al alcance de la mano
en lo que hace a automatización. Hasta ahora se está comenzando”, agregó.
China ahora es un mercado importante para los fabricantes de robots como
Fanuc Corp. de Japón, Kuka AG y Siemens AG de Alemania, y Rockwell Automation
Inc. de Estados Unidos.
ABB Ltd. de Suiza eligió a Shanghái para instalar su empresa mundial de
robótica y producir sistemas robóticos para clientes de las industrias automotor
y electrónica.
Uno de los factores que impulsa la introducción de robots es la cuestión
demográfica.
El año que viene el número de trabajadores de China llegará a un máximo de
1.000 millones antes de empezar a reducirse, en parte debido a la política
nacional de un solo hijo por familia.
La escasez de mano de obra ya es común y está causando inflación salarial.
Pekín promueve la automatización obligando a aumentar el salario mínimo.
LA MANO DE OBRA TODAVÍA ES MUY BARATA
Los trabajadores tienen un consuelo. Como los salarios industriales siguen
siendo de menos de un décimo de los que se cobran en los Estados Unidos y en
general en los países industrializados, no es probable que las fábricas chinas
pronto sean tan dependientes de los robots como las de los países
desarrollados.