La complejidad de tecnologías hace más vulnerables a las compañías. En compras, los ilícitos más frecuentes.
El crecimiento de las empresas y la llegada de nuevas inversiones son una
buena noticia para una economía, pero traen riesgos. Eso puede estar ocurriendo
en Colombia, donde 49 por ciento de las empresas se declara afectadas por el
fraude.
Los datos se conocen gracias a la Encuesta de Fraude Mundial 2012-2013 a 800
altos ejecutivos de todo el mundo que realiza Kroll Advisory Solutions,
encargada a The Economist Intelligence Unit y que por primera vez le dedica un
capítulo a Colombia.
Al ser indagados sobre los tipos de fraude que los afectan, llama la atención
del estudio que el 19 por ciento de los empresarios colombianos señalaron las
acciones ilegales de proveedores o en adquisiciones. Kroll advierte que ese
porcentaje es mayor que el mundial, de 12 por ciento, y el promedio de
Latinoamérica, que está en 16 por ciento.
En la región el resultado es favorable teniendo en cuenta que el año pasado
ese indicador fue de 23 por ciento.
La colombiana es una de las tasas más altas, después de los registros de
México y de India.
Al respecto, Recaredo Romero, director gerente y jefe de la oficina de Kroll
en Bogotá, anota en el estudio que “el fraude de proveedores y en el proceso de
adquisiciones en Colombia suele involucrar a empleados con cargos gerenciales,
quienes utilizan su autoridad para manipular los controles internos relacionados
con el proceso de contratación y negociación de proveedores”.
Ante la advertencia de que ninguna organización es inmune, la recomendación
es que permanentemente sean revisados, ajustados y fortalecidos sus controles
internos.
Pese a la alta tasa que representa el fraude de proveedores, apenas el 32 por
ciento de las firmas del país dicen que invertirán en procesos de la diligencia
debida para elegir a sus socios o proveedores en los próximos 12 meses, pese a
que el promedio general de la encuesta es del 38 por ciento.
Sobre los otros tipos de fraude que afectan a las empresas, también se revela
que otro 19 por ciento de las compañías dicen ser víctimas de robo de activos
físicos o inventarios.
Por su parte, otro 14 por ciento menciona que el incumplimiento normativo es
otro motivo de pérdidas frecuentes para sus organizaciones.
Un 30 por ciento de las empresas reconocen ser vulnerables a la corrupción y
el soborno. Un porcentaje igual no descarta que la afecte el robo de activos o
inventarios.
Además, 46 de cada 100 compañías colombianas consideran que aumenta su nivel
de exposición al fraude, al tiempo que 24 por ciento dicen que la complejidad de
las tecnologías de la información se constituye en el principal factor que
influye en dicha exposición. Incluso se muestra que el 76 por ciento manifiesta
que está dispuesto a dedicar más recursos en mayor seguridad de ese tipo.
La encuesta de Kroll explica que varias de las empresas se sienten alta o
moderadamente vulnerables a varios tipos de irregularidades. 30 por ciento
mencionan que corren riesgos de ser afectadas por la corrupción y el soborno, el
robo de activos físicos o de inventarios, y el incumplimiento normativo.
AMENAZAS INTERNAS
A nivel global, el estudio sobre fraude dice que la amenaza está dentro de la
organización empresarial, teniendo en cuenta que el 67 por ciento de todos los
fraudes son perpetrados por sus funcionarios.
Esa cifra ha aumentado:
en el 2011 fue de 60 por ciento y en el 2010, de 55 por ciento.
La amenaza de robo de información, un activo cada vez más valorado en las
empresas, es una preocupación en el mundo. Esa situación es más preocupante en
Estados Unidos, Indonesia, Rusia y México.
El estudio de Kroll hace énfasis en la dinámica que ha tomado el sector de
minas y energía en Colombia, con grandes inversiones y con una amplia
participación de contratistas y proveedores, por lo que puede ser proclive a
estas situaciones.
“Desafortunadamente, el rápido crecimiento del sector extractivo no siempre
viene acompañado por un desarrollo acorde del entorno de control interno”,
apunta Recaredo Romero.
Andrés Otero, director de Kroll para la región, comenta en el informe que
quienes son atraídos por la inversión agroindustrial enfrentan altos
riesgos.
Menciona particularmente que los carteles de la droga han buscado controlar
grandes franjas de tierras fértiles.
Las tierras que compran los carteles usualmente figuran a nombre de
testaferros o entidades constituidas legalmente”.
EL PAÍS, PUESTO 94 EN PERCEPCIÓN SOBRE CORRUPCIÓN
Con calificación baja salió Colombia en el más reciente informe de
Transparencia Internacional.
El país se raja con 36 sobre una nota máxima de 100 en el Índice de
Percepción de la Corrupción (IPC) que esta ONG hace todos los años.
El documento, publicado por Transparencia, ubica a Colombia en el puesto 94
entre 176 países evaluados.
Esa posición es compartida por países como Grecia, India, Mongolia y Senegal,
y está por encima de Argentina, Bolivia y México.
Para Elisabeth Úngar, directora de la organización en el país, son resultados
preocupantes en los que, no obstante las denuncias y nuevas normas, “predomina
una sensación de impunidad”.
Este resultado muestra que “a pesar de las reformas institucionales para
combatir la corrupción, incluida la aprobación de normas como el Estatuto
Anticorrupción, no se percibe el efecto que deberían generar sobre prácticas
corruptas dentro del Estado”, anotó Úngar.
En el 2011, Colombia ocupó el puesto 80 entre los países evaluados, pero como
la ONG cambió la metodología de puntuación, ese resultado no es comparable con
el de este año.
Otro tema para tener en cuenta es que por primera vez se incluyó en el país
la percepción sobre el Legislativo, lo cual, ante la mala imagen del Congreso,
pudo haber ayudado a jalonar los resultados hacia abajo.
Así mismo, la pésima percepción que tiene el sector empresarial sobre el
público arrojó los puntajes más bajos entre las siete encuestas y evaluaciones
que componen el índice.
En América Latina, Chile y Uruguay (72 puntos) son los países mejor
posicionados –puesto 20, solo una posición por debajo de Estados Unidos– en la
escala. Los siguen Costa Rica (54 puntos), Cuba (48) y Brasil (43).
Los rezagados en la región fueron Venezuela y Haití, que están en las últimas
posiciones del escalafón (165), con 19 puntos.
Las cifras mundiales del documento indican que la corrupción es rampante en 7
de cada 10 países.
Como siempre, los países nórdicos están en lo más alto del escalafón.
Dinamarca y Finlandia comparten el primer lugar con Nueva Zelanda, con 90
puntos. Mientras que los países peor evaluados fueron Afganistán, Corea del
Norte y Somalia.
PERSECUCIÓN CONTRA EL SOBORNO
La semana entrante, ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (Ocde), la ministra de Justicia y otros delegados del Gobierno se
someterán a la primera evaluación en avances de legislación para luchar contra
el soborno trasnacional.
Esta puede ser la puerta de entrada de Colombia al club de los países más
importantes de la economía, que frenan la corrupción auspiciada por empresarios,
muchos de ellos de firmas extranjeras. De pasar esta etapa, Colombia tendría que
demostrar el año entrante que la legislación tiene una efectiva aplicación.
Para ello, demostrará los avances en el estatuto anticorrupción y la
ratificación de la Convención contra el Soborno Trasnacional de la Ocde.
La semana pasada, la Corte Constitucional declaró exequible la convención, lo
que implica que el país tiene la obligación de entregar a los empresarios
acusados de sobornar a funcionarios públicos, aun si no hay tratados de
extradición.