Hace 50 años habría sido impensable que una mujer tomara las riendas de un país o una empresa, especialmente en Latinoamérica. Ahora, aunque ya hay varios ejemplos de mujeres en el poder, la participación de este género en posiciones de alta gerencia en las compañías sigue siendo débil en la región y eso sigue afectando la productividad.
Según la fundación Catalyst de Canadá en las 500 compañías mas grandes de Latinoamérica, solo el 1,8% de los puestos de presidente son ocupados por mujeres y tan solo 77 compañías de las 500 más grandes de la región tienen mujeres en puestos de alta gerencia. En el caso de las juntas directivas es la misma historia, donde el 64% de las juntas de las 100 empresas más grandes de Latinoamérica no tienen a una sola mujer.