Se puede identificar a personas, incluso
hábitos, juntando información supuestamente anónima.
Este jueves, empresas como Apple, Google, Microsoft, Facebook y Yahoo, los
mayores conglomerados de internet, negaron haber dado acceso a los servicios de
inteligencia de Estados Unidos a sus servidores.
Sin embargo, en documentos oficiales a los que tuvieron acceso los diarios
The Washington Post y The Guardian, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la
Oficina Federal de Investigación (FBI) controlan los movimientos y contactos de
los usuarios. Los medios de comunicación coinciden en que estas compañías
colaboran de manera consciente con esta causa que se desarrolla desde 2007.
La "guerra contra el terrorismo" ha llevado a Estados Unidos a lanzar una
operación de monitoreo a gran escala de las comunicaciones telefónicas y de
internet de millones de ciudadanos dentro del país con el objetivo de
adelantarse a posibles ataques orquestados por Al Qaida.
El miedo a sufrir atentados en su territorio después de los ataques del 11 de
septiembre de 2001, junto con el poder de la tecnología digital, dio pie a crear
este programa de espionaje sin precedentes y pinchar líneas de teléfono.
La NSA, un amplio servicio creado durante la Guerra Fría especializada en
escuchas telefónicas, criptoanálisis y guerra cibernética, está gestionando la
operación.
Los datos recabados por el programa, de acuerdo con información revelada el
jueves por el diario británico The Guardian, incluyen los números telefónicos de
ambas partes de la comunicación, la localización y duración de la llamada, así
como la hora e identificación.
Con su sofisticado software y sus matemáticos, la NSA usa algoritmos para
encontrar las rutas en los millones de metadatas para poder rastrear nuevas
rutas e intentar lograr los contactos o conspiraciones de presuntos ataques.
Las autoridades estadounidenses defienden esta megaoperación por ser un
método vital que permite destapar tramas y aseguran que la misma no se entromete
en el contenido de las conversaciones de los ciudadanos.
El director de la NSA, James Clapper, señaló que la divulgación por parte de
la prensa de los detalles de los mecanismos usados por las agencias
estadounidenses ponen en grave riesgo la seguridad nacional.
Clapper señaló que el informe de prensa "omite información clave sobre la
forma como era utilizado el programa para prevenir ataques terroristas y las
numerosas salvaguardas para proteger la privacidad y las libertades
civiles".
Grupos de defensa de los derechos humanos denunciaron que el programa invade
totalmente la privacidad de los ciudadanos y han amenazado con llevar el caso
ante la justicia. Aunque analistas de inteligencia han comparado el rastreo de
datos con la recopilación de información que aparece en sobres, los detractores
de esta operación consideran que el sistema creado por la NSA permite construir
el perfil de un individuo altamente preciso.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla
en inglés) y la Universidad Católica de Louvain (Bélgica) determinaron en un
estudio reciente que podían identificar fácilmente a ciudadanos con unos pocos
detalles de una larga lista de información telefónica.
Tras examinar durante 15 meses a 1,5 millones de usuarios de teléfonos
móviles, los investigadores fueron capaces de identificar al 95% de estos
basándose únicamente en cuatro variantes de la llamada.
En otras palabras, se puede identificar a personas, incluso hábitos, juntando
información supuestamente anónima, aseguran los expertos. La NSA, en
colaboración con otras agencias gubernamentales, también rastreó en Estados
Unidos transferencias bancarias, compras con tarjetas de crédito y búsquedas en
internet.
Por ley, la NSA está obligada a no espiar en Estados Unidos, pero la lucha
contra Al Qaida ha llevado a la agencia a operar dentro del territorio.
Activistas reclaman que el gobierno debe controlar a su agencia y la actividad
de ésta, y acusan al presidente Barack Obama de fracasar en su promesa de
proteger los derechos constitucionales.
"Es tiempo de que comience el debate nacional sobre nuestros derechos en la
era digital. Es tiempo de poner fin al programa de monitoreo inconstitucional de
la NSA", dijo la Fundación Frontera Electrónica, que tiene una demanda contra el
gobierno en los tribunales.
Aparte de la polémica desatada, no está claro si el programa ha permitido a
la NSA desactivar ataques organizados por Al Qaida, tal y como señalan las
autoridades.