Un sinnúmero de firmas en el mundo ha creado sus oficinas e industrias basándose en el ADN de su trabajo.
Pensar en un sitio en el que la estructura física, el diseño de las oficinas, el mobiliario, los colores y hasta el olor generen identidad, sino que impulsen a un desempeño más eficiente, a crear e innovar en un entorno productivo, moderno y dinámico, podría sonar a una empresa futurista.
Sin embargo, la teoría existe ya hace algunos años, y hoy no es tan difícil diseñar para “proyectar experiencias”.
Así, empresas y oficinas como las de Google en el mundo, en donde quien las visita se pregunta ‘¿aquí se trabaja?’, son cada vez más frecuentes y se resguardan bajo un concepto de laborar siendo feliz y sintiéndose como en casa.
MARCANDO LA DIFERENCIA
Como lo explica el arquitecto Raúl Andrés Salvador, con especialización en Diseño Sostenible de la Universidad de Palermo, de Buenos Aires, “todo debe tener un orden”.
Así como cualquier empresa o negocio tiene un esquema organizacional que lo hace funcionar correctamente, con una gerencia y unos empleados, una cadena de producción y sus operarios, un bufete de profesionales y sus asistentes, “también hay que pensar que el espacio laborable es fundamental”.
“La disposición física análoga a ese esquema de relaciones abstractas productivas, las jerarquías, si las hay, y el dinamismo o la estabilidad, deben cumplir con las condiciones de confort físico que influirán en las actividades a desarrollar”.
Esto, según Salvador, “es solo la base para que, realmente, la actividad se potencie y la calidad del resultado se optimice”.
Entre tanto, el profesor Germán Charum, diseñador industrial e investigador de la Universidad Piloto de Colombia, indica que hay varias teorías que rondan el concepto.
“Esta es una tendencia que surge casi una década atrás con la ‘personalización’ y que se manifestó en diferentes marcas y productos, entre ellas Nike, con su portal Nike ID.
“Otra corriente es el ‘diseño emocional’, del cual Donald Norman ha desarrollado interesantes planteamientos sobre la influencia del diseño en el comportamiento y la actividad humana”, anota.
Asimismo, se habla del diseño de espacios personalizados o direccionados, lo que se liga al diseño de experiencias, que, según explica el profesor de la Piloto, “busca construir estados de relación estética y compromiso que redunden en uniones más idóneas y extensivas en el tiempo”.
¿CÓMO ELEGIR EL AMBIENTE ACORDE CON SU NEGOCIO?
Lo primero, dice el arquitecto Salvador, es definir la función principal del negocio.
Luego, elegir jerárquicamente qué tan directa o indirectamente se relaciona con las demás funciones de la compañía.
Sigue asignar “el capital a invertir, y entender cuáles son las expectativas de crecimiento que se tienen. Es importante ser flexible en la proyección de los costos; en la arquitectura no necesariamente todo queda hecho para siempre, se pueden balancear un excelente producto arquitectónico y un presupuesto moderado”.
Por otra parte, dice el experto, es primordial tener en cuenta la luz, incluir espacios abiertos sin muros y con techos altos, sin importar su uso, ya que ellos generan sensación psicológica de libertad motriz y fluidez, y en consecuencia libertad mental”.
Finalmente, esto se debe complementar con la definición de los espacios a través de barreras no visuales como el mobiliario o los acristalados”.
EL MOBILIARIO ES UN INSUMO INSPIRADOR
Para lograr espacios con mejor productividad, no solo se debe tener en cuenta el mobiliario, sino optimizar los espacios interiores.
“Así, la iluminación, la adecuada ventilación, la flexibilidad, el confort y la interacción entre los departamentos de la compañía, y otros aspectos, ayudan a optimizar la eficiencia laboral”, sostiene Polar Sañudo, gerente Comercial de Tugo Proyectos.
Ahora bien, indica Sañudo, al momento de elegir el mobiliario, lo más importante es “identificar, entender y alinearse con los valores de la organización, proyectando su imagen corporativa”.
ENTORNOS CREATIVOS GENERADORES DE IDEAS
Un diseño indicado para cada objetivo empresarial que se traduce en beneficios económicos
y de prestigio.
Conociendo ya las virtudes del concepto de la arquitectura de experiencias, o los principios de competitividad y eficiencias de los espacios productivos, resulta más fácil entender el por qué una de las compañías, por años, más innovadoras del mundo, Google, ha creado un universo laboral pensado para potencializar la imaginación.
Como dice el arquitecto Raúl Andrés Salvador, confirmar que “la arquitectura sí puede afectar el comportamiento humano incluyendo su capacidad productiva”.
Para Gilda Toro, docente de la Facultad de Ciencias del Hábitat de la Universidad de La Salle, los espacios no pueden, sino que deben ser diseñados acorde con el negocio o el servicio que en ellos funciona.
Así, por ejemplo, “el mobiliario de un entorno empresarial será versátil, con oficinas abiertas e integradas, y espacios flexibles, donde exista un equilibrio entre la intimidad propia de cada trabajador, pero, a su vez, una relación visual con el equipo de trabajo”.
Precisamente, este principio es el que Susana Pabón, gerente de Comunicaciones de Google para Colombia y Perú, indica que es el que la compañía ha implementado para el diseño de todas sus oficinas a nivel global, “buscando que el ADN de Google, es decir, la innovación, esté en constante producción.
El espacio físico es súper importante, porque es un potencializador de ese objetivo”.
Allí, los cubículos se conectan entre sí, y en medio de ellos hay pequeñas salas de juntas para que en un momento determinado los grupos de trabajo puedan reunirse, un aspecto primordial para la empresa.
A ello se suma la transparencia de las divisiones de ciertos espacios o salas, lo que aporta al tema de la transparencia. Así las cosas, este es uno de los ejemplos más aplicables de una arquitectura con identidad.