Hacer una pausa para tomar café en la oficina no es una perdedera de tiempo. Según un reciente estudio de MIT, puede incrementar la productividad hasta en 8%.
A las 10 de la mañana o las 4 de la tarde crece el número de oficinistas que se levantan de sus puestos para ir a tomar café. Aunque en promedio se estima que cada visita a la cafetería puede tardar hasta 15 minutos, esta no es una práctica que deba preocupar a los jefes. Por el contrario, debe ser alentada entre los empleados, pues parar el trabajo para tomar tinto, no solo recarga energías, sino también aumenta la productividad.
Así lo asegura el Laboratorio de Comportamiento Humano del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que para probar su punto hizo un experimento en un call center en el que dotó a cada trabajador con aparatos electrónicos para analizar su tono de voz, lenguaje corporal y otros aspectos mientras tomaban el susodicho descanso. Así, descubrieron que la energía de las personas aumenta tras el coffee break, lo que ayuda a que su productividad, cuando regresan al puesto de trabajo, pueda subir hasta 8%.
Este resultado es consecuencia de dos fenómenos: el poder de la cafeína, pues se estima que dos tazas de tinto aumentan la capacidad de reacción y de atención, así como el poder de la socialización que ocurre cuando las personas se encuentran en la cafetería. En ese espacio se discuten temas de trabajo, asuntospersonales o sin importancia, que ayudan a refrescar la mente, salir del bloqueo y tener ideas nuevas. “Algunos jefes fruncen el ceño ante las discusiones de temas distintos a los del trabajo o por el hecho de que sus subalternos se escabullan por un café, pero la gente tiene que entender que cantidad no es necesariamente igual a calidad”, explica la sicóloga Suzy Green, directora del australiano Positivity Institute, una de las entidades que promueven las pausas para café, con el argumento de que el cerebro necesita descansar para ser creativo, al tiempo que mejoran las relaciones entre los compañeros de trabajo.
Esto no significa que la gente se la pase de visita todo el día, pero sí que los espacios de encuentro, como la cafetería, puedan ser aprovechados al máximo. ¿Vamos por un tintico?
Para sacarle provecho
Estas son algunas ventajas de la bebida nacional, que están comprobadas, siempre que no se le llene de azúcar, advierten en la revista The Week.
- Combate la depresión.
- Sus consumidores tienen menos posibilidades de suicidarse.
- Puede ser bueno para el hígado.
- Reduce los riesgos de diabetes, Alzheimer y Parkinson.
- Ameniza cualquier charla.
Contrólese
Si usted es de los que se preocupa por el elevado consumo de café, tranquilícese. Ya está inventada una aplicación que lo ayudará a controlarse. Se trata de Caffeine Zone, en la cual usted digita la cantidad de café que ha bebido, así como la frecuencia y la aplicación le enviará una alerta cuándo usted necesite volver a tomar o le avisa si ya está pasado de tintos y se puede desvelar.
A las 10 de la mañana o las 4 de la tarde crece el número de oficinistas que se levantan de sus puestos para ir a tomar café. Aunque en promedio se estima que cada visita a la cafetería puede tardar hasta 15 minutos, esta no es una práctica que deba preocupar a los jefes. Por el contrario, debe ser alentada entre los empleados, pues parar el trabajo para tomar tinto, no solo recarga energías, sino también aumenta la productividad.
Así lo asegura el Laboratorio de Comportamiento Humano del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que para probar su punto hizo un experimento en un call center en el que dotó a cada trabajador con aparatos electrónicos para analizar su tono de voz, lenguaje corporal y otros aspectos mientras tomaban el susodicho descanso. Así, descubrieron que la energía de las personas aumenta tras el coffee break, lo que ayuda a que su productividad, cuando regresan al puesto de trabajo, pueda subir hasta 8%.
Este resultado es consecuencia de dos fenómenos: el poder de la cafeína, pues se estima que dos tazas de tinto aumentan la capacidad de reacción y de atención, así como el poder de la socialización que ocurre cuando las personas se encuentran en la cafetería. En ese espacio se discuten temas de trabajo, asuntospersonales o sin importancia, que ayudan a refrescar la mente, salir del bloqueo y tener ideas nuevas. “Algunos jefes fruncen el ceño ante las discusiones de temas distintos a los del trabajo o por el hecho de que sus subalternos se escabullan por un café, pero la gente tiene que entender que cantidad no es necesariamente igual a calidad”, explica la sicóloga Suzy Green, directora del australiano Positivity Institute, una de las entidades que promueven las pausas para café, con el argumento de que el cerebro necesita descansar para ser creativo, al tiempo que mejoran las relaciones entre los compañeros de trabajo.
Esto no significa que la gente se la pase de visita todo el día, pero sí que los espacios de encuentro, como la cafetería, puedan ser aprovechados al máximo. ¿Vamos por un tintico?
Para sacarle provecho
Estas son algunas ventajas de la bebida nacional, que están comprobadas, siempre que no se le llene de azúcar, advierten en la revista The Week.
- Combate la depresión.
- Sus consumidores tienen menos posibilidades de suicidarse.
- Puede ser bueno para el hígado.
- Reduce los riesgos de diabetes, Alzheimer y Parkinson.
- Ameniza cualquier charla.
Contrólese
Si usted es de los que se preocupa por el elevado consumo de café, tranquilícese. Ya está inventada una aplicación que lo ayudará a controlarse. Se trata de Caffeine Zone, en la cual usted digita la cantidad de café que ha bebido, así como la frecuencia y la aplicación le enviará una alerta cuándo usted necesite volver a tomar o le avisa si ya está pasado de tintos y se puede desvelar.