Cada empresa tiene un sello que le imprimen sus dirigentes y que la identifica de otras.
Casi nadie se detiene a pensar en la importancia de leer entre líneas y preguntarse de dónde vienen las organizaciones, quiénes son sus fundadores, cuáles sus principios y hacia dónde quieren llegar con sus negocios.
Estas son preguntas que si se hicieran, seguramente, nos darían una perspectiva más clara del sentido de estas firmas y de la calidad, la responsabilidad y los objetivos de sus directivos, y de lo que es más importante, de su compromiso con la sociedad y el país.
Si llevamos al terreno de las compañías y organizaciones el concepto de los valores se podría decir que son aquellos principios, referentes o pautas que definen las conductas de las personas que forman parte de dichas empresas, y que orientan los comportamientos y las acciones de quienes las sustentan.
Este último punto es verdaderamente relevante, pues lo que indica es que la esencia de las personas se transmite a las firmas, como un sello que indica que la rectitud, la experiencia y la forma de hacer las cosas vive en la dirección de las compañías.
Si preguntáramos a los primeros niveles de las empresas si tienen un ‘código de valores’, es casi seguro que un buen número diría que sí, pero si les consultamos sobre la forma cómo lo promueven y si lo conocen todos sus empleados, cuál sería la respuesta... Solo resta lanzar otro interrogante, ¿será que los integrantes de las firmas están de acuerdo con dicha filosofía?