Son algunas de las tareas más urgentes que tendrá por resolver el nuevo jefe de la cartera.
David Luna y Diego Molano.
David Luna llega al ministerio de las TIC arropado por los buenos comentarios de quienes le conocen. “Es un profesional estudioso y dedicado”. “Es un administrador público eficiente y honesto”, se lee en redes sociales de personas que le brindan su respaldo.
Hasta el propio presidente Juan Manuel Santos durante el anuncio de su nombramiento señaló que “fue viceministro muy exitoso, fue alto consejero de este gobierno muy exitoso. No podríamos encontrar a alguien mejor que a David Luna para el cargo”.
Vale la pena destacar que la versión 2.0 del Plan Vive Digital, hasta el 2018, está trazada y en plena ejecución. Es decir, la hoja de ruta de su gestión estaría prácticamente armada y andando, como para una ejecución llevadera y con pocos sobresaltos.
No obstante, eso no va a ser así. Primero, porque el talante de Luna está lejos de ser el de un funcionario resignado. Por el contrario, es conocida su actitud vigorosa, de corte pedagógico, que le impulsa a estudiar y aprender para aplicar su conocimiento en los cargos que ha ocupado.
En segundo lugar, si algo tiene este sector es que es muy cambiante, lleno de profundas discusiones y batallas legales por definir. Estas son algunas de las tareas que esperan por resolución, ahora, en cabeza del nuevo ministro de las TIC. Muchas de ellas son viejas deudas que incluso se heredaron del Gobierno Uribe:
1. Tercer canal. Nada que se logra. El proceso inicial, que arrancó en 2009, aún está congelado luego de muchos traspiés. Pese a que el ministerio TIC ya cumplió con los requerimientos que impuso el Consejo de Estado para reiniciar la licitación, aún no se tiene claridad si el Tribunal Administrativo de Cundinamarca ya definió el comité de vigilancia que debe verificar el cumplimiento de tales obligaciones. La Autoridad Nacional de Televisión, Antv; la Comisión de Regulación de Comunicaciones, CRC; la Agencia Nacional del Espectro, ANE; y TV Andina ya hicieron los estudios y análisis ordenados. Pero nada que despega.
2. TV Pública. Luego de un largo retroceso en la adjudicación del sistema de transmisión de TV pública, por fin el ministerio TIC, junto con RTVC, arrancó el proceso de estudio y selección de la empresa que implementará la plataforma de TV social, ahora satelital, para que por fin las señales de televisión pública lleguen a unos cuatro millones de colombianos que no cuentan con el servicio. El proyecto tendrá una inversión de 70.400 millones de pesos y se debe abrir la licitación en agosto.
3. Televisión Digital Terrestre. Otro proceso que ha contado con importantes demoras. Hoy en día la red que llevará la señal de televisión digital terrestre, TDT, tiene 24 estaciones funcionales y faltan por instalar 161, con una inversión calculada en 50 millones de dólares. Los canales privados concesionados, RCN y Caracol, decidieron dar de baja esa señal en HD de los operadores de TV por suscripción, acción que fue catalogada por la ANTV como improcedente y les ordenó reactivarla, cosa que no ha sucedido aún y se mantiene la fuerte lucha jurídica entre canales privados y Gobierno.
4. Reversión de redes. En 2014 quedó en firme, tras revisión de la Corte Constitucional, el proceso de reversión de infraestructura que los operadores Claro y Movistar deben iniciar para restituirle a la Nación el valor de las redes que implementaron para la explotación del espectro radioeléctrico que les fue concesionario en 1994 cuando entró en operación la telefonía celular al país. Dicho cálculo y cobro de la reversión quedó en cabeza del Mintic. La entidad debe definir, junto con los operadores afectados, cuál infraestructura (equipos, instalaciones, cables, etc.) es la que es candidata a revertirse o cuánto es el valor de dicha reversión. Hasta el momento, no se tiene noticia del desarrollo de ese acuerdo y todo indica que se irá a tribunales de arbitramento, pues en las veces que se han reunido Gobierno y operadores a tratar de solucionar el tema, no han llegado a punto medio.
5. Profesores no educados. Según los cálculos iniciales, para finales del año pasado debían estar formados en tecnología unos 29.000 maestros en todo el país. A junio de 2014 las cifras hablaban de apenas unos 2.100 docentes impactados con el plan de formación. El Mintic aceleró la compra de tabletas y la contratación de los formadores, una tarea que debe ser seriamente monitoreada y seguida para avanzar con contundencia.
6. Tecnología en otros sectores. Pese a que el Mintic ha impulsado la apropiación de tecnología en otras áreas del gobierno, aún persiste la poca articulación entre ministerios para un impulso definitivo y vigoroso al respecto. La salud y el sector judicial son tal vez los más rezagados. Pese a los anuncios allí planteados, existe una clara desconexión entre los jefes de esas carteras con el Mintic para adelantar con compromiso la introducción de la tecnología, por ejemplo, para la digitalización procesal en juzgados; o la historia clínica digital nacional, entre otros muchos temas.
7. Seguimiento de las tabletas. El ministro Molano llevó más de dos millones de equipos, entre computadores y tabletas, a los más alejados colegios y escuelas públicas de todo el país. Hay más de 7.000 kioscos Vive Digital. Toda esa red de equipos y personas debe tener un cerrado monitoreo para seguir de cerca su apropiación, uso e impacto en la educación de los niños y en la formación de las comunidades que impacta.
Son grandes retos, por mencionar algunos, los que esperan la gestión del nuevo ministro de la TIC David Luna. La ciberseguridad y la ciberdefensa, un inmenso proyecto planeado y pensado entre sector privado y público, consagrado en un Conpes, también necesita de constante revisión y monitoreo; persisten también las dudas de entidades de libertad y protección al usuario sobre las iniciativas para mantener el acceso libre y sin control de internet en Colombia, por mencionar otros temas álgidos.
Afortunadamente Luna contará con un gran grupo de trabajo en el ministerio TIC, que funciona bajo estándares administrativos típicos del sector privado, con balance score cards que miden el avance de cada iniciativa, etc., ambientes gerenciales que no le son desconocidos.
Amanecerá y esperaremos que su gestión sea acorde a las necesidades y urgencias de un sector que año con año crece en relevancia para la economía nacional.