Tomer Barel, director de Riesgo de PayPal 
 

Panorama de seguridad
De acuerdo a Tomer Barel, director de Riesgo de PayPal, la tecnología continuará en la batalla contra el fraude en 2016, lo que en si es un gran desafío, pero también abre paso a oportunidades para las compañías que luchan contra este tipo de actividades, sobre todo en el sector de servicios financieros.
En este sentido, el ejecutivo predijo que las redes sociales ayudarán a que los estafadores sean más sofisticados al momento de obtener información personal gracias a la ingeniería social, ya que en ellas se pueden encontrar datos más fácilmente, como fotos, amigos, registros de posicionamiento geográfico (check-in), entre otros datos.
No obstante, los consumidores podrán protegerse con algunos consejos básicos de seguridad: delimitar su perfil en redes sociales sólo para amigos y familiares, emplear contraseñas elaboradas y sólidas, cambiarlas con frecuencia y denunciar intentos de suplantación de identidad (phishing).
También espera que haya más fraudes en dispositivos móviles debido a que las compras por esta modalidad cobrarán mayor popularidad. Los estafadores apuntarán más hacia este sector, y no será suficiente un modelo estándar de seguridad; por el contrario, las compañías tendrán que hacer más con menos información y las compañías tendrán que buscar otras formas para verificar la identidad de sus clientes con menos datos personales.
Por otro lado, la inteligencia artificial y los detectives humanos serán fundamentales para la prevención contra el fraude este año. Las máquinas pueden aprender sobre el entorno que las rodea y analizar la información para proponer conclusiones; sin embargo, los humanos seguirán siendo esenciales para que el análisis de datos sea el correcto.
También los datos y analítica avanzada jugarán un rol mayor en el cumplimiento de las normas gubernamentales, ya que las empresas privadas y reguladores del gobierno necesitarán analizar lo que se puede o no hacer en big data, e incluso con información no estructurada. Una colaboración más estrecha con los organismos reguladores y mayor provecho de los datos permitirán un enfoque escalable y adecuado para el cumplimiento de las normas, y al mismo tiempo, una mejor experiencia para los usuarios.