Con fines investigativos y judiciales, sofisticados softwares empleados en laboratorios forenses, tienen la capacidad de extraer toda la información almacenada en un celular sin importar que se encuentre bloqueado o reseteado. Información recuperada por estos medios legales puede ser presentada como prueba ante estrados judiciales.
Aunque la tecnología de los teléfonos celulares avanza con el fin de proteger los datos y proporcionar una sensación de seguridad y privacidad a sus usuarios, no bastan los bloqueos de PIN, trazos, contraseñas, huellas dactilares, e incluso identificación facial, porque mientras un equipo móvil exista físicamente, y sin importar que esté bloqueado, o haya sido borrado, reseteado o formateado, siempre va a ser un “libro abierto” para los programas especializados que usan algunos laboratorios forenses con fines investigativos o judiciales.
Según Andrés Guzmán Caballero, gerente Adalid, quien maneja uno de los laboratorios forenses privados del país, “con el avance de la tecnología en informática forense, de un teléfono reseteado no sólo podemos extraer y recuperar registros de llamadas, conversaciones por chat, correos electrónicos, mensajes, fotografías, calendarios, archivos, videos, música, notas o grabaciones de voz, ubicaciones de GSP, navegaciones en la web, redes wifi usadas, sino que podemos establecer con toda precisión en qué sitios y a qué horas estuvo el dispositivo en un lugar”.
Es por eso que los dispositivos se convierten en piezas fundamentales para investigaciones de ilícitos en las que pueden estar involucrados tan sólo por hallarse en el escenario de los hechos.
Los modernos softwares forenses tienen la capacidad de interrelacionar información como la de los viajes con Waze o Uber, las búsquedas de voz, el uso del Facebook, o los diferentes servicios de chat para concluir que el teléfono estuvo en un sitio, en un momento determinado y sirven para ser presentados ante un juez o una autoridad administrativa como prueba de un ilícito”.
Para realizar su trabajo, estos laboratorios desmienten argumentos comerciales como el hecho de que las apps más usadas como Snapchat o Instagram tienen la capacidad real de borrar los mensajes. “Esto no es cierto, en realidad, los únicos sistemas que no se podrían ver en la recuperación son aquellos que viajan cifrados, como Treema o Signal, y aunque se recuperen del teléfono, no podrían verse. Aplicaciones como Whatsapp o Imessage son sistemas que se promocionan como muy seguros en este sentido pero lo cierto es que sus mensajes se pueden recuperar visibles y trazables en un laboratorio forense”, asegura Guzmán.
En el caso de tener que recurrir a un laboratorio forense con el fin de presentar información en un proceso judicial, es recomendable verificar que este se encuentre certificado en el manejo de la herramienta forense utilizada, que sea titular de las licencias y que el proceso que haya efectuado esté bajo los parámetros de respeto a los derechos fundamentales de las personas, pues en un smartphone no sólo se encuentra la información de su dueño sino de todos aquellos que se relacionan con él.