La interconexión de dispositivos está en todos los ámbitos de nuestra vida
KIO Networks asegura que el IoT hará posible la optimización de datos y abre el camino a nuevos modelos de negocio e innovación
Internet de las Cosas
El Internet de las Cosas (IoT) es la puerta hacia nuevos modelos de negocio, innovación, evolución de prácticamente todos los servicios e industrias, por lo que tendrá distintos desafíos como la compatibilidad de plataformas, la necesidad de cerrar brechas digitales, seguridad de la información y la gestión de información.
Y es que la interconexión de los dispositivos está prácticamente en todos los ámbitos de nuestra vida, desde las ciudades donde habitamos hasta las distintas industrias, cadenas de valor, sistemas que monitorean nuestra salud, entre otros.
De acuerdo con Bernardo González, Chief Alchemist Officer de KIO Networks, las perspectivas en tecnología para este año estiman que habrán 14.2 mil millones de dispositivos interconectados; mientras que para 2021 estos alcanzarían los 25 mil millones, lo que se traduce en una enorme cantidad de información a procesar.
Ante esto, el ejecutivo dijo que para que el sector público y privado conviertan esos datos en un aliado para la optimización de recursos, minimizar riesgo y hacer más eficiente el uso de recursos económicos, materiales y humanos, se requiere sumar diversos factores:
Fortalecer la infraestructura: debe estar orientada a facilitar el procesamiento de información a gran velocidad, en instalaciones como los Centros de Datos de cercanía (Edge Data Centers), los cuales proveen mayor flexibilidad y agilidad, en especial para aquellas industrias o instituciones que requieren análisis en tiempo real, así como utilizar algoritmos de Inteligencia Artificial
Afrontar temas de seguridad: deberán desarrollar nuevos algoritmos y arquitectura de soluciones para permitir al sector público y privado cumplir sus objetivos de servicio, innovación, atención, transparencia, entre otros.
Gestionar el cambio: en el caso de las industrias, deberán cambiar la forma tradicional de operar, en aspectos como cadenas de valor, manufactura o logística, de manera tal que se desarrollen soluciones tecnológicas gestionadas para que sean un factor de competitividad.