A Colombia le falta mucho por resolver en temas regulatorios y de infraestructura para que la competitividad digital se convierta en un acelerador.
Esta semana el Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gerencia (IMD por sus siglas en inglés) publicó su ránking mundial de competitividad digital. Junto a la medición del Foro Económico Mundial (WEF), el IMD genera informes reconocidos sobre el tema de la competitividad global.
Este listado del IMD no deja a Colombia bien parado. Dentro de los 63 paÃses evaluados en el reporte, el paÃs ocupa el puesto 61. Esta posición implica no solo una caÃda con respecto al año pasado sino también un rezago frente a los demás paÃses de la región. Solo Venezuela, el último del ránking, registra un desempeño peor que el colombiano.
Este reporte del IMD se enfoca en la competitividad digital: cómo las economÃas destinan tecnologÃas digitales para su crecimiento y desarrollo. En medio de la pandemia del coronavirus, este tipo de mediciones adquiere especial relevancia ya que la crisis económica ha servido de catalizador a los procesos de transformación digital. De hecho, la mayorÃa de informes sobre la economÃa global y las sendas de recuperación identifican las capacidades tecnológicas y digitales como un factor impulsador. El propio plan de reactivación del Gobierno Nacional incorpora una estrategia digital con 17 iniciativas.
No obstante, en los distintos factores agrupados en tres áreas -conocimiento, tecnologÃa y preparación para el futuro- la evaluación nacional es negativa. Por ejemplo, en el ancho de banda inalámbrica, la velocidad del internet, la capacidad para hacer cumplir los contratos, entre otros, Colombia ocupa las últimas posiciones.
Si bien hay aspectos con buena calificación global como las inversiones en telecomunicaciones (6), entrenamiento de empleados (33) y graduados en ciencias (36), la lectura general es que a Colombia le falta mucho por resolver en temas regulatorios, educativos, empresariales y de infraestructura para que la competitividad digital se convierta en un acelerador de la recuperación de la crisis.