Casos de usos de baja latencia HTTP
El entretenimiento online continúa creciendo a un ritmo sin precedentes. Nada menos que un 99% anual en 2020. Y el número de personas utilizando vídeo streaming bajo demanda supuso un aumento estimado en 50 millones a final de 2020, hasta alcanzar un total de 949 millones.
Aunque parte de este crecimiento puede atribuirse al cambio de comportamiento de los espectadores durante la pandemia, en realidad, esos comportamientos simplemente han acelerado el trasvase hacia los contenidos online – tomemos como ejemplo la creciente audiencia en streaming de América`s Big Game o la Copa de Australia en Melbourne. Y parece que la tendencia va a continuar, incluso algunas compañías de entretenimiento están ya planeando estrenar exclusivamente online.
La pandemia ha acelerado el trasvase hacia
el consumo de contenidos online
Este rápido crecimiento, sin embargo, presenta sus propios problemas. A medida que los dueños y distribuidores de contenidos acuden a internet para emitir contenido en directo, los espectadores y broadcasters online también han descubierto que la distribución de contenidos basada en IP tiene todavía mucho que mejorar en lo que se refiere a latencia.
Las emisiones tradicionales de broadcasting soportan generalmente un retardo de 4 ó 5 segundos. Sin embargo, a día de hoy, muchos servicios online se alejan completamente de esta referencia, sirviendo contenidos con hasta 60 segundos de diferencia desde la captura del contenido hasta su consumo. Y donde esto se hace especialmente evidente es en la retransmisión de deportes en directo, donde las exclamaciones de los vecinos disfrutando de un partido vía cable o satélite pueden llegar antes incluso que nuestro contenido online.
Incluso aunque se superen los tiempos de la transmisión por satélite, los proveedores de contenidos deben hacer llegar su emisión a los espectadores antes – o a la vez- que las redes sociales. Un tuit tarda habitualmente unos 5 segundos en ser publicado. (33:54) y otros 5-10 segundos en escribirse. Queda claro que el streaming en directo se enfrenta a unos límites de tiempo muy estrechos si quiere mantener el engagement y la satisfacción de sus usuarios.
La distribución de contenidos basada en IP tiene todavía
mucho que mejorar en lo que se refiere a latencia
Por tanto, la industria está constantemente buscando la forma de optimizar los flujos de trabajo y minimizar cualquier retraso. Y con la introducción del iPhone 12, Apple presentó oficialmente su nuevo formato de baja latencia HLS. Mientras que el protocolo HTTP Live Streaming (HLS) fue creado originalmente para primar escalabilidad y estabilidad por encima de la latencia, esta última iteración está orientada a la velocidad, y busca establecer un nuevo paradigma incluso en las retransmisiones lineales.
Ya es compatible con uno de los mayores sistemas operativos y plataformas, y está destinado a funcionar bien – sus especificaciones ya han sido adoptadas, o existe el compromiso de hacerlo, por parte de una gran número de compañías en la industria de los medios y el entretenimiento. Y los casos de uso no dejan de crecer. Estos son algunos ejemplos de casos de negocio que permite el modo baja-latencia HLS (low-latency HSL).
Casos de negocio que low-latency HLS facilita
Por supuesto, la experiencia de usuario debe ser impecable para atraer y retener espectadores, pero no es la única razón por la que los propietarios de los contenidos y sus distribuidores deberían transmitir con baja latencia. La distancia física es otra razón para la adopción de low-latency, ya que, conforme los distribuidores de contenidos acceden a nuevos territorios, el contenido debe ser entregado a distancias cada vez mayores.
Los proveedores de contenidos deben hacer llegar su emisión a los espectadores antes – o a la vez- que las redes sociales
Otro impulsor importante de los formatos de baja latencia es la inmediatez con la que las plataformas de redes sociales distribuyen las noticias, como mencionamos antes. Esto es particularmente cierto en el caso de los deportes. Los broadcasters online, no se pueden permitir mostrar este tipo de eventos con retardos que superen significativamente el tiempo que se tarda en escribir y enviar un tuit.
Otros casos de negocio para low-latency HLS incluyen los concursos y las votaciones en tiempo real que se construyen en torno a los contenidos, y que deben estar disponibles con poco o nulo retardo. Las apuestas y las subastas online son otras áreas en las que se espera que crezca significativamente el uso de este modo.
Sin embargo, las aplicaciones más críticas en este momento son las comunicaciones bidireccionales: teleconferencias, video-educación, e incluso, casos más específicos como telemedicina, pueden ofrecer experiencias de usuario mucho mejores y mayor engagement cuando se desarrollan sin retardo.
Pero no todos los casos de uso requieren la inmediatez que la baja latencia HLS aporta. De hecho, la experiencia de uso de video-on-demand parece soportar bien tiempos de inicio algo más lentos, sin una caída significativa de usuarios.
Comunicaciones bidireccionales (teleconferencias, videoeducación, telemedicina) o concursos y votaciones en torno a contenidos, son casos de uso que requieren inmediatez
Cómo una CDN moderna soporta low-latency HLS
La arquitectura que subyace en una CDN moderna, como la plataforma edge cloud de Fastly, es radicalmente diferente de las CDNs antiguas. Gracias al modelo pull de distribución de contenidos – en lugar de push-, los propietarios de los contenidos mantienen control total y pueden centrarse en la distribución, en lugar de esperar que el proveedor soporte nuevos formatos.
Por ejemplo, gracias a este enfoque, la plataforma de Fastly fue capaz de soportar protocolos como HTTP3 QUIC, y low-latency HLS tan pronto como las especificaciones entraron en vigor. En nuestra misión de expandir continuamente los límites, esta integración servirá como base para analíticas avanzadas, tecnologías low-latency emergentes y capacidades de computación en la nube que permitirán el procesado en tiempo real y la toma de decisiones más cerca del usuario.