La escena es común: en la sala de juntas, un director general observa los tableros con cifras alentadoras de automatización, digitalización de procesos y nuevas herramientas, pero siente que algo no termina de encajar. Los sistemas conviven como islas o los robots funcionan solo para tareas periféricas. Aun así, un informe reciente revela que las empresas mexicanas han alcanzado un 41,7 % de madurez digital, aunque solo el 1 % ha logrado integrar la inteligencia artificial de forma transversal. Esa distancia entre “digitalizar” y “digitalizar con sentido” es el vértice crítico para muchas compañías hoy.
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Cuando en 2025 la encuesta del Informe de Madurez Digital (IMD) reporta que México llegó al 41,7 % de transformación digital, pero apenas 1 % de empresas ha alcanzado madurez en IA, no estamos ante un dato técnico, sino ante un dilema estratégico profundo. Ese 41,7 % significa que muchas compañías ya han desplegado herramientas digitales —portales web, ERP, CRM, pagos electrónicos, digitalización documental— pero casi siempre en forma fragmentada, sin cohesión interna ni gobernanza de datos clara. La IA, por su parte, sigue siendo un ejercicio experimental: pruebas aisladas, pilotos limitados, ideas inconclusas.
El problema, desde mi experiencia de más de 30 años, no es apenas tecnológico: es organizacional, educativo y cultural. He visto en empresas que comienzan con entusiasmo, compran soluciones modernas, pero no reestructuran procesos ni formas de pensar. Sin integración de datos, sin equipos formados, sin patrocinio ejecutivo fuerte, esas tecnologías quedan como adornos, no como motores. En México, el ecosistema de IA crece y hay al menos 362 empresas del sector activas, con inversiones crecientes en venture capital y programas estatales que incentivan innovación. Pero el reto es que muchas empresas usuarias no traspasan el umbral del piloto.
Comparemos con ejemplos internacionales: en grandes cadenas de retail en Estados Unidos la IA ya ajusta precios en tiempo real, anticipa comportamientos del consumidor y optimiza la logística en base a demanda, integrando datos de sensores, mercado y clientes. En Europa, bancos punteros ya aplican IA para detección de fraude en tiempo real, simulaciones de riesgo automatizadas y atención personalizada 24/7. Allí la IA no es “un proyecto”, es el tejido del negocio.
En América Latina, algunas organizaciones en Brasil y Chile han comenzado a hacer lo mismo, pero aún enfrentan barreras similares: calidad de datos pobre, gobernanza débil, talento escaso y regulaciones emergentes. En Colombia, por ejemplo, muchas empresas han dado pasos de digitalización (facturación electrónica, contabilidad digital, CRM) pero la integración de IA avanzada aún es muy incipiente.
El riesgo para quienes se quedan en el 41,7 % es evidente: cuando la IA se convierta en estándar competitivo, las empresas que no la internalicen quedarán como meros usuarios secundarios, sin capacidad de innovación real. El rezago estratégico se volverá estructural.
La causa principal es la falta de una visión estratégica integrada, que una la transformación digital con madurez de IA. No basta con ejecutar acciones aisladas, hay que construir ecosistemas internos: datos homogéneos, cultura ágil, estructuras vivas de mejora continua, gobierno de tecnologías y un liderazgo que impulse la adopción como parte del negocio.
También juega un rol clave la normativa emergente. En México la UNESCO ha aportado un “Reporte de Evaluación del Estadio de Preparación en Inteligencia Artificial”, en colaboración con la Alianza Nacional de IA (ANIA), señalando la necesidad de marcos éticos, protección de datos y regulación clara para que la IA no sea un riesgo sino una palanca confiable. El marco legal debe acompañar la innovación, especialmente en empresas que manejan datos sensibles, clientes o procesos regulados.
Entonces, ¿qué debe hacer tu empresa hoy para avanzar del 41,7 % hacia una madurez real en IA? El camino lo resumo en esta propuesta consultiva integrada: realizo contigo un análisis profundo de tus procesos, datos, competencias y cultura para identificar brechas; en conjunto definimos una estrategia que integre transformación digital con un enfoque inteligente (gobernanza de datos, pilotos inteligentes, planeación escalable); luego implemento y acompaño las soluciones tecnológicas y normativas, generando iteraciones concretas y ajustes continuos para que cada iniciativa escale y aporte valor real.
En ese recorrido hay dos hitos donde el acompañamiento es clave. Al inicio, cuando se definen roadmap, se alinean stakeholders y se da el patrocinio al proyecto.
Y en el tramo final, cuando los pilotos probados deben integrarse al músculo operativo de la empresa, se requiere inversión sostenida, medición rigurosa y cultura de mejora permanente.
Cuando una empresa se queda en el “casi digital” y no se atreve a integrarse a la IA como nervio del negocio, incurre en el síndrome de la medianía tecnológica. En TODO EN UNO.NET comprendemos ese salto, y lo que ofrecemos no es tecnología por sí misma, sino funcionalidad estratégica: acompañamiento integral desde el diagnóstico de brechas, diseño de hoja de ruta con enfoque de IA ética, soporte normativo y tecnológico, iteraciones de mejora y escalamiento continuo. Aumentamos la eficiencia de tu empresa con soluciones digitales y normativas, construimos competencias internas y garantizamos que la transformación no se quede en prueba, sino que consolide liderazgo en tu sector. Con más de 30 años de experiencia desde 1995, he visto muchas empresas quedarse en el umbral —y muchas otras superar el abismo—. Permíteme ser tu socio en ese salto, para que no solo adoptes IA, sino que te conviertas en referente.