En una mañana cualquiera, Paula, gerente de una pyme en Manizales, despierta pensando en digitalizar su negocio. Abre su celular, revisa correos, ve que un chatbot le sugiere ideas de marketing y consulta una noticia sobre inteligencia artificial: “¿Cómo aprovechar esto si mis clientes aún luchan por acceder bien al internet?” Esa paradoja refleja el desafío central de hoy: en Colombia coexisten avances sorprendentes en IA y conectividad, y al mismo tiempo una apropiación digital desigual, con brechas de género, socioeconómicas y de cultura tecnológica. ¿Cómo cerrar ese abismo entre potencial y realidad? En este artículo examinaré estadísticas recientes, normativa clave, ejemplos globales y le mostraré el camino para que su empresa evolucione con solidez.
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Más allá de las cifras superfluas, la apropiación digital significa mucho más que tener un teléfono: es la capacidad de transformar esa herramienta en productividad, innovación y crecimiento. En Colombia, según la Encuesta de TIC, en 2024 el 18 % de los usuarios de internet utilizó herramientas de inteligencia artificial (IA) —contraste claro entre zonas urbanas (20,4 %) y rurales (8,1 %)— y con disparidad por género: 19,7 % de hombres frente a 16,5 % de mujeres. En paralelo, un estudio reciente del Centro Nacional de Consultoría (CNC) ubica que el 18 % de los usuarios están en nivel avanzado de apropiación digital, el 32 % en nivel intermedio, el 37 % en nivel básico y un 13 % todavía no usan Internet. Esa estadística ubica claramente dónde está la urgencia: no basta con conectividad, sino con cultura digital.
Comparado con otras naciones latinoamericanas, Colombia aún va en proceso de consolidar una apropiación madura. En Chile o Perú, los esfuerzos de alfabetización digital y acceso a datos abiertos han permitido niveles más homogéneos en zonas rurales e indígenas. Allí las estrategias estatales han apuntado a subsidios de conectividad y programas de capacitación local. En Europa, por ejemplo, varios países de la Unión Europea integran desde hace años planes nacionales de IA inclusiva y formación digital obligatoria. Allí, la política combina infraestructura, educación formal e incentivos para la industria local de software. Esa visión integrada es lo que debe inspirar el desarrollo en Colombia: no solo conectar, sino empoderar.
Hoy la brecha de género persiste con fuerza: el uso de IA es del 30 % entre los hombres que usan internet, frente al 19 % en mujeres. Las causas son múltiples: acceso desigual, sesgos culturales, menor capacitación formal y falta de referentes. Asimismo, en los estratos más altos el uso de IA llega al 43 %, mientras que en los más bajos solo al 20 %. Ese desfase limita la innovación local —tanto en hogares como en instituciones— y reduce el mercado potencial para empresas que aspiran a digitalizarse.
La normativa colombiana ha evolucionado para respaldar la transformación digital y la apropiación. La Ley 1341 de 2009 sentó bases sobre sociedad de la información y el uso del espectro como recurso público. En el frente regulatorio digital, la Ley 527 de 1999 regula mensajes de datos, comercio electrónico y firmas digitales. También la Ley 1581 de 2012 establece los lineamientos sobre protección de datos personales, esencial cuando hablamos de IA y uso responsable de información.
En los últimos años se han promulgado normas clave para consolidar esa hoja de ruta digital. El Decreto 1263 de 2022 incorpora lineamientos y estándares aplicables a la transformación digital pública, obligando a las entidades estatales a evaluar el uso de tecnologías emergentes, interoperabilidad, nube y automatización. El Decreto 767 de 2022, que actualiza la Política de Gobierno Digital, subraya la necesidad de adoptar nuevas tecnologías, datos abiertos y servicios ciudadanos digitales con criterios técnicos, de seguridad y usabilidad. Por su parte, el Plan Estratégico END 2023-2026 orienta la transformación digital centrada en las personas, priorizando conectividad, habilidades digitales, datos e IA como palancas de equidad.
Ese marco normativo es útil, pero la verdadera pregunta es: ¿cómo lo aprovecha una empresa o institución para avanzar?
Imaginemos una pyme manufacturera en Colombia que desea modernizar sus procesos internos: hoy puede iniciar con sensores IoT simples para monitorear temperatura o humedad, usar modelos básicos de IA para mantenimiento predictivo, integrar herramientas móviles para su fuerza laboral en campo y centralizar datos en nube con dashboards visuales. En ese camino, descubre que mucha de su fuerza laboral no tiene cultura digital —solo conocen WhatsApp—. Entonces debe combinar tecnología con capacitación intensiva, mentorías y acompañamiento práctico.
Otro ejemplo: una alcaldía municipal que decidió digitalizar trámites. No solo compró software costoso, sino que definió rutas de adopción local (consultorios móviles de educación digital, aliados con colegios, jornadas de calle), priorizó seguridad de datos, interoperabilidad con entidades nacionales e introdujo chatbots locales para atención ciudadana. Con esa estrategia, redujo tiempo de trámite de días a horas y mejoró percepción ciudadana.
En ambos casos, el desafío no es solo la tecnología, sino la cultura organizacional, la capacitación constante, la gobernanza técnica y un enfoque gradual con pequeñas pruebas (miniproyectos). Esa lógica de escalamiento progresivo tiene sentido cuando seguimos una filosofía de Producto Mínimo Viable: lanzamos versiones básicas, medimos aceptación, iteramos y escalamos.
Si su empresa o institución quiere apropiarse digitalmente de forma real, propongo una guía de acompañamiento: primero, diagnóstico profundo de capacidades, cultura, brechas tecnológicas y factores humanos; segundo, definición estratégica con arquitectura, prioridades (datos, IA ligera, conectividad) y hoja de ruta normativa (cumplimiento de leyes, estándares y políticas); tercero, acompañamiento práctico con pilotos, capacitación continua, soporte técnico, auditoría en seguridad y escalamiento progresivo. Ese acompañamiento es precisamente lo que en TODO EN UNO.NET hacemos de forma personalizada, desplegando consultorías y acompañamiento constante como socio tecnológico y estratégico.
Y ese proceso no es teórico: lo aplico desde 1988 con casos reales en empresas pequeñas y grandes, ajustando según contexto, cultura y normativa vigente.
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En la etapa final de adopción, con foco en Atracción → Conversión → Fidelización, quiero compartir esto contigo: muchas organizaciones temen fracasar, se sienten inseguras frente a la IA o creen que el “mundo digital” es para otros. Aquí es donde TODO EN UNO.NET entra como su aliado: acompañamos con consultorías administrativas (revisamos procesos), tecnológicas (selección e integración), marketing digital (optimización de presencia), cumplimiento en Habeas Data (privacidad, normas de datos) y facturación electrónica (obligaciones fiscales). Somos la guía que conecta estrategia, normativa y tecnología. Con un enfoque de PMV, entregamos resultados rápidos (pilotos funcionales) para que veas valor, luego escalamos. Con mis más de 30 años de experiencia y una trayectoria institucional desde 1995, te aseguro que no solo transformas tu empresa: te conviertes en líder en tu sector. Aumentamos la eficiencia de tu empresa con soluciones digitales y normativas.
