Varias empresas ibéricas con negocios mediante portales de Internet amplían actividad hacia usuarios en Colombia.
La participación de España en el mercado colombiano es evidente. Se calcula que cerca de 300 empresas españolas tienen presencia en el país, ya sea mediante sedes u oficinas de representación. El interés ibérico continúa en aumento.
Las primeras empresas llegaron a Colombia desde los 90 y se situaron, sobre todo, en el sector de servicios públicos (Endesa, el Canal de Isabel II o Aguas de Barcelona, por ejemplo). Luego arribaron Telefónica y grandes bancos, como el BBVA. Ahora es el turno de las pequeñas y medianas empresas, pymes, que conquistan espacios tan variados como el turismo y la construcción, y tan sorprendentes como el de las nuevas tecnologías de la información.
Tras sus experiencias en Colombia –en telefonía móvil y consultoría–, los fundadores de Mecenium, un portal de educación, decidieron abrir su web hacia los colombianos. ¿Las razones? “Hemos visto el potencial enorme que tiene este país en plena ebullición, con un público preparado que siente enorme interés por formarse y adquirir conocimientos”, explica Andrés Mohedano, uno de los fundadores.
Por lo pronto los colombianos pueden acceder a los cursos ofrecidos, en una gama generosa: desde recomendaciones para el cuidado del bebé en su primer mes de vida hasta consejos para desenvolverse en entornos internacionales (www.mecenium.com). Incluso hay uno dedicado a conseguir un vientre plano en cinco semanas, dictado por el colombiano Andrés Pineda. Lo importante es contar con las garantías de que quienes los imparten son autoridades en la materia (una condición que no siempre se da en Internet).
Geonick es otro ejemplo del interés de España en abrirse camino en Colombia mediante las nuevas tecnologías. Se trata de una red social basada en la geolocalización. Permite a las personas encontrar gente afín a sus aficiones (mediante un apodo o nickname) y situarlas en su ubicación aproximada en el mapa. La idea es que los usuarios emprendan un ‘viaje’ en las interrelaciones y que al final, a través de mensajes privados, el conocimiento virtual pueda pasar a ser real.
“Cuando comenzamos, nos dimos cuenta de que mucha gente de Colombia se registraba como si estuviera en España y nos indicaron que no podían hacerlo de otra manera”, explica Pau Jene, su director. Por eso decidieron llevar a cabo los cambios necesarios para satisfacer esa demanda. Desde el 5 de febrero ya está disponible para que los colombianos tengan oficialmente su pasaporte para este tipo de ‘viajes’ (www.geonick.com).
La empresa española de publicación de libros electrónicos Bubok permite, en su plataforma de autoedición para escritores noveles, publicar libros electrónicamente o impresos. Opera desde hace casi un año en Colombia, con una oficina en Barranquilla (www.bubok.co). “Allí nos aprecian y nos respetan”, dice Sergio Mejías, director general.
Ventajas y desventajas
Sergio Mejías, director general de Bubok, menciona dificultades en los matices del idioma, las formas de expresión, la diferencia en los días festivos, expresiones culturales (el Carnaval de Barranquilla, por ejemplo, paraliza el trabajo fuera de vacaciones) y las fallas de Internet cuando llueve.
En comercio electrónico, Mejías ve dificultades en las formas de pago, los sistemas, las diferencias en las comisiones bancarias o que muchos bancos españoles bloquean las tarjetas de crédito colombianas. Del lado de las ventajas, Colombia, con 46 millones de personas, crece de manera estable. La tasa de inflación es baja, la deuda externa se ha reducido y el Banco de la República cuenta con un saldo importante de reservas.
España tiene un Acuerdo de Promoción y Protección Recíprocas de Inversiones (Apri) y un convenio para evitar la doble imposición. El riesgo país de Colombia es bajo. Los recursos humanos se consideran calificados y el régimen laboral, flexible. La seguridad, que se ha considerado uno de los mayores problemas, ha mejorado en los últimos años. Y, como se sabe, la ubicación geográfica es estratégica. No es extraño, pues, que la Red se ensanche y navegue cada vez más hacia nuestro país.