Según la OMS, el 80 por ciento de la población mundial sufre de esta ‘enfermedad silenciosa’.
Ciudades con tráficos caóticos y largas distancias entre el hogar y la oficina hacen que los trabajadores hoy en día sufran de falta de tiempo.
Esa es la causa inicial del sedentarismo, pues a menor tiempo libre, más pereza y menos disposición para la práctica de algún deporte o actividad física.
Esto conlleva a desórdenes alimenticios, como por ejemplo, que de cinco comidas que recomiendan los nutricionistas y especialistas en salud, un trabajador promedio, tome solo dos, evitando, el desayuno, en el peor de los casos, o la comida, situación también preocupante.
Así, es más difícil rendir en la oficina y esto trae otros problemas mayores, tales como diferencias con los compañeros de trabajo o con el jefe, generando finalmente el estrés laboral.
Nadie está exento de padecerlo. Se trata de una enfermedad silenciosa, que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ataca a cerca del 80 por ciento de los trabajadores en el mundo.
Sin embargo, no todo está perdido ya que puede prevenirse con una alimentación balanceada, y de paso, evitar otro problema surgido por los cambios físicos y la gordura.
¿En qué consiste una alimentación balanceada? Claudia Angarita, directora del Centro Colombiano de Nutrición Integral (Cecni) explica que debe ser “rica en fibra, vitaminas y minerales”, que se deben complementar con algunos cambios en el estilo de vida.
Es decir, ante las largas jornadas laborales, la presión de los jefes y un ambiente laboral altamente competitivo, no se pueden dar ventajas.
De lo contrario, depresiones, ansiedad, estreñimiento y obesidad, pueden ser parte de la vida cotidiana.
“Uno de los alimentos que pueden contribuir a prevenir las alteraciones metabólicas que ocurren por este tipo de estrés, es el pan ciento por ciento integral, dice Angarita, y agrega que “una alimentación saludable debe incluir una rebanada de pan diaria, ya sea en el desayuno o las onces, pues ayuda a que una persona regule sus niveles de grasa sanguínea, como el colesterol, mantenga una buena digestión y problemas de sobrepeso”.
Datos de Cecni señalan que solo 4 por ciento de la población colombiana consume alimentos integrales, que son los que generan el ‘efecto fibra’.
Este, acelera el tránsito intestinal, produciendo sales viliares que son las que eliminan el colesterol malo.
MÁS PAN INTEGRAL
A diferencia de los múltiples panes que dicen ser integrales por su color o apariencia, los 100 por ciento integrales contienen gran cantidad de vitaminas (B1, B2, B6, E, K), minerales, además de conservar las propiedades de los granos enteros, los cuales pueden contribuir a prevenir alteraciones metabólicas, especialmente con el azúcar y la grasa, según Claudia Angarita.
En el mercado hay disponibles diversas opciones de panes integrales. Uno de ellos es el elaborado por la mexicana Bimbo.
Angarita recomienda el pan integral para todo.
¿Cómo identificarlo? No todos los panes del mercado son 100 por ciento integrales, aunque la mayoría de los que se ofrecen aparentan serlo, ya sea por el color o porque tienen migas de avena en la parte superior.
Lo mejor es revisar la etiqueta del producto. “Las mejores opciones son las bajas en sodio, grasas saturadas y azúcar. Adicionalmente, en la lista, debe estar ‘grano 100% integral’ o ‘entero’ en los primeros ítems y en el empaque debe tener el sello del Whole Grain Council (Consejo de Granos Enteros).
NUTRICIONISTAS RECOMIENDAN 5 COMIDAS AL DÍA
- Un buen desayuno debe incluir: fruta entera, no en jugo para que no pierda la fibra. Pan integral, cereal, huevo y leche. A media mañana, procure digerir una fruta, una bebida con pan integral o un yogur. No está mal tomar café, claro está, sin excederse en ese consumo. Cuatro tazas repartidas durante el día son tolerables para el cuerpo.
- Al almuerzo nunca deje de consumir proteína (carne, pollo, pescado); arroz, papa o pasta,; verduras, fruta y agua. Evite los jugos a los que siempre se acostumbró.
- En la tarde, procure un fruto seco, como maní o nueces.
- Los beneficios de comer bien se ven en la concentración, el aprendizaje y mejor productividad.
- En la comida, la proteína también es clave. Acompáñela de queso, un carbohidrato, pan o arepa, verdura o fruta, además de una bebida caliente.
- Aunque se piensa que no comer es bueno para no engordar y mejorar la calidad del sueño, es una teoría errada. El cuerpo trabaja mientras descansa y también requiere su combustible.