Andrés Angulo, gerente y fundador de Campo Alto, habló con Al Paredón de su modelo de educación para el trabajo y su expansión a otros países del continente.
¿Qué es Campo Alto?
Es una institución de educación muy especial porque realmente estmos entrenando a personas de bajos recursos de Bogotá. Hasta el momento, esta gente ha estado marginada de cualquier oportunidad de educación y por lo tanto, de empleos.
¿Cuál es el rango en edades y qué tipo de estudiantes están llegando?
Primero, Campo Alto va a cumplir 20 años, fue creada en 1996 por tres médicos, que somos los cofundadores. Aquí nuestro perfil es una persona que puede ir (a aprender) entre los 14 y 60 años. El tipo de persona es diferente dependiendo de las jornadas: mañanas, tardes, noches, sábados o domingos. 70% de nuestros estudiantes son mujeres, muchas de ellas, cabezas de familia, pero en general, el perfil es muy variado, por eso, el impacto tan grande que nosotros hacemos en la población.
A nivel académico ¿qué tipo de profesionales pueden salir?
Lo más valioso que hacemos es que formamos técnicos. En Estado Unidos y en otras partes del mundo es lo que se conoce como vocational education and training. En nuestro país ha habido una confusión, todo el mundo ha querido ser profesional, esto ha hecho que nos olvidemos de los técnicos que son lo que realmente dinamizan y mueven las economías. Entonces, ese nivel de educación técnica, que había sido dejado de lado, es lo que nosotros formamos. En el Plan Nacional de Desarrollo (PND) se acaba de aprobar la formación profesional dentro de la educación terciaria, que antes se conocía como educación no formal.
¿Qué ventajas tiene lo aprobado en el PND?
Formamos para los oficios. Si usted se da cuenta, en países como Alemania, Japón o el Reino Unido, si alguien le pregunta qué quiere ser, pues la gente tiene realmente la oportunidad de escoger entre la vida universitaria o el vocational education training y es igual de apreciado socialmente, es igual de digno. Aquí en nuestro país todo es la universidad, no existe otra opción; Campo Alto lo que está ofreciendo es esa ruta para que la persona pueda sentirse orgullosa y digna de la formación con un oficio para el empleo.
¿Qué diferencia hay entre Campo Alto y lo que hace por ejemplo el Sena?
Es muy importante esa comparación. Yo creo que el Sena es la entidad de nuestro país que ha hecho una gran apuesta por formar técnicos y es el mismo nivel de educación, pero con algo muy diferente a Campo Alto. Primero, el Sena hace con meritocracia la oferta pública, hay un examen de ingreso. Campo Alto lo que está haciendo es yéndose a los barrios. Si usted se da cuenta, el Sena es un modelo rígido, con una oferta limitada, en donde los horarios son muy específicos, los sitios para ir a estudiar son muy específicos; nosotros entendimos que la diferencia grande era la flexibilidad. Nosotros estamos atendiendo a la gente que ni siquiera el Sena puede atender y hemos creado un modelo muy flexible en donde tenemos muchas sedes alrededor de la ciudad, con muchos horarios.
¿Cómo es esa ayuda que le brindan a sus estudiantes para que empiecen a trabajar en lo que están estudiando?
Tengo unos ejemplos muy bonitos de lo que se puede ofrecer por estas flexibilidades. Por ejemplo, nuestros vigilantes trabajan una semana de día y una semana de noche, ¿ellos en dónde pueden estudiar? ni siquiera pueden ir al Sena. Entonces es aquí es donde hemos montado una flexibilidad tan grande que la persona sin ningún problema puede ir y estudiar una semana de día, una semana de noche, las clases están completamente estandarizadas y ellos pueden cambiar de una jornada a otra y así se vuelve realmente la opción para los que nunca han tenido esa oportunidad. Otro ejemplo, muy bonito es el del mensajero, que por la mañana empieza en su oficina pero al final de la ruta de la tarde no sabe en dónde va a estar y el que ubique una cede cercana, pues se le va a facilitar.
¿Y en cuanto a la financiación?
Un tema importante son las microfinanzas . Cuando empezamos no teníamos todos estos conceptos técnicos, pero sí una cosa muy clara y es que el objetivo era cómo mantener a esas personas, en el sistema de educación para llegar a conseguir trabajo, ese es el objetivo y la flexibilidad en los pagos también es la otra, porque hay gente que no puede pagar ni siquiera mensual, sino cuando ellos pueden y todo esto es un poquito el valor de oferta que tenemos.
Cuéntenos de la experiencia internacional que abrieron hace poco...
A través del apoyo de Endeavor nos dimos cuenta el impacto puede ir más allá. Cuando nos escogieron en Cape Town en Sur África, dijeron traigámoslo a África que aplica completamente y empezamos a entender que nuestro modelo aplica en otros países del mundo.
Teniendo este contexto logramos irnos primero a América Latina, pero en Estados Unidos hicimos todo el business plan y encontramos que estando los Estados Unidos podíamos hacer una expansión mucho más ágil en América Latina.