Aunque la tecnología se percibe a veces como una amenaza contra la mano de obra humana, ofrece importantes ventajas.
En los últimos años, son cada vez más quienes consideran la tecnología como una amenaza, ya que los robots más económicos, los algoritmos y los programas pueden destruir puestos de trabajo y hacer que el talento humano sea prescindible. Por nuestra parte, consideramos esencial tener en cuenta que la tecnología tiene también un lado bueno ya que, junto con la innovación, ayuda a que los lugares de trabajo sean más seguros, aumentando la productividad y proporcionando mejores productos y servicios para las personas.
Los “digitalizadores” van a ser los principales beneficiarios
Credit Suisse cree que la digitalización ha venido para quedarse. En los próximos años, es probable que los ganadores sean los llamados “digitalizadores”, que ofrecen incrementos en las ventas y los márgenes de explotación a resultas de las economías de escala y la eficiencia.
Concretamente, las empresas de plataformas de Internet (PI) parece que seguirán siendo los principales beneficiarios. Están innovando constantemente para contribuir al cambio estructural hacia una experiencia online más rica. Por otra parte, las agencias de publicidad web, las empresas que crean nuevos ecosistemas basados en el Internet de las Cosas (IdC) y las de computación en la nube deberían ser las más beneficiadas a largo plazo.
La importancia de la ciberseguridad
La digitalización presenta también aspectos negativos, entre los que destaca el riesgo de robo de información. En este sentido, consideramos que la ciberseguridad seguirá estando entre los segmentos más sólidos del gasto en TI. Asimismo, el crecimiento exponencial de los flujos de datos que se almacenan de forma automática puede derivar en un incremento de costes. Éste podría ser un terreno propicio para el crecimiento de las empresas que ayuden a clasificar, gestionar y limpiar los datos almacenados.
El poder de la innovación
La digitalización genera oportunidades igualmente atractivas en otros sectores, aparte del de TI. La necesidad de innovar e incrementar la eficiencia operativa va a condicionar las tendencias a largo plazo, como el big data, el IdC y el mundo virtual. Tecnologías como la realidad virtual (RV), la realidad aumentada (RA), el IdC y la robótica ofrecen inmensas oportunidades en este sentido.
Sin embargo, la capacidad de innovar depende en gran medida de la inversión incremental que las empresas deben realizar para convertirse en digitales. Cualquier declive macroeconómico puede afectar al gasto en TI y a la inversión en innovación, lo cual puede a su vez mermar el crecimiento.
Por ello, resulta esencial seguir una gestión disciplinada del ciclo de vida de las inversiones en digitalizadores y, preferiblemente, utilizando productos de inversión gestionados.