Kaspersky Fraud Prevention Cloud ofrecen protección a instituciones en varios sectores.
Kaspersky Fraud Prevention Cloud, es una nueva propuesta de negocios de la firma rusa para su canal de distribución. Se trata de una solución que puede ser entregada a las organizaciones que enfrentan los riesgos de la actividad fraudulenta a través de los servicios en la nube. Protege contra fraudes a bancos, instituciones financieras, proveedores de planes de lealtad y agencias gubernamentales, a través de una base de datos global de reputación de dispositivos, análisis de los mismos, así como del comportamiento y biometría detectados, además es óptimo en la tarea de identificación de malware.
La principal característica es su protección multicanal, lo que reduce las pérdidas por fraude y los costos de prevención controlada.
En el análisis del comportamiento y la biometría, identifican si una persona es real, así como los movimientos del mouse, clics, desplazamientos, pulsaciones de teclas en las PC y posición del acelerómetro/giróscopo y gestos (toque, deslizamiento, etc.) en los dispositivos móviles.
Acumula y analiza el comportamiento del usuario, el dispositivo, el entorno y la información de la sesión como macrodatos anónimos y despersonalizados en la nube, poniéndolos a disposición de expertos forenses y del análisis fuera de línea. Esta nueva información permite la detección proactiva de fraudes en tiempo real, incluso antes de que se produzca una transacción.
La detección continúa de anomalías de sesión maximiza la capacidad de detectar fraudes al identificar la apropiación de la cuenta, el fraude de nueva cuenta, el lavado de dinero, herramientas automatizadas o cualquier proceso sospechoso que se produce durante la sesión. La solución actúa no sólo durante el proceso de inicio de sesión, sino también durante ella, construyendo modelos estadísticos de diversos patrones de comportamiento con la ayuda de tecnologías de aprendizaje automático.
A través de la detección de malware sin cliente, combina técnicas directas y proactivas e identifica si el dispositivo de un cliente se utiliza para atacar directamente los servicios digitales de una organización en particular. La segunda ayuda a identificar malware que no afecta directamente a la organización, pero que potencialmente puede adaptarse para este propósito en el futuro.