¿Por qué no se podrán sistematizar los flujos de información y los procesos de los casos jurídicos?
Este país, cansado hasta la coronilla con todo lo malo que está ocurriendo y lo polarizado que se vive, debería pensar en la tecnología para mejorar el ambiente.
Como buen ingeniero de sistemas y computación que soy, profesionales para los que todo se traduce en unos y ceros –así es como funcionan los aparatos inteligentes que usan las personas: celulares inteligentes, tabletas, computadores, mejor dicho, todo el mundo digital–, me es muy difícil entender esto de los procesos jurídicos que llevan a cuestas magistrados, jueces, abogados, y se manejan en un mundo que vive en tonalidades grises que cada persona interpreta a su modo.
A pesar de esto, creo que deben existir procesos, que se tienen que cumplir rigurosamente, establecidos en las normas que rigen el mundo jurídico y se pueden sistematizar. ¿Qué quiero decir? Si hemos llevado hombres a la Luna gracias a procesos en los computadores, hemos creado sistemas cognitivos que simulan la inteligencia del ser humano, ¿por qué no se podrán sistematizar los flujos de información y los procesos que se generan en todos los casos jurídicos, en lugar de dejarlos guardados en mil carpetas de papel físico y sin poder saber quién accede a ellos, para que todo quede almacenado en una base de datos?
Obviamente, también se deben implementar los procesos que los fiscales, jueces, no importa la altura del tribunal –si es que la palabra ‘altura’ les cae bien–, deben seguir cuando se ejecuta el proceso para que quede el rastro de fecha y hora en que se tocó algún documento, en que se creó o se eliminó, desde luego con las autorizaciones correspondientes, para que cuando se presente algún reclamo o alguna investigación sea claro establecer lo que pasó y quiénes son los responsables. Me imagino que los que se van a ver afectados por la transparencia que esto traería a todo lo judicial se van a oponer radicalmente a un proyecto de esta magnitud. El Gobierno debería empezar a usar la tecnología para tratar de evitar estas calamidades, que lo único que traen es desconcierto, desconfianza y rabia a los colombianos.
Nota. ¿Cuarenta mil millones de pesos costó escoger el candidato liberal a la presidencia? Mala imagen para este partido, que ha venido en caída desde hace varios años. Hubiera dado lo mismo si se escogiera con el método ‘piedra, papel y tijera’, tan usado por los niños, y haberlos invertido en urgentes necesidades.