La curiosidad de recurrir a la computación cuántica no es una idea que hasta ahora vaticinen los expertos. Desde hace 25 años, el físico estadounidense Richard Feynman mostró su interés por la evolución de esta tecnología. En ese entonces, propuso el primer modelo teórico de un computador cuántico que hasta ahora fue puesto en práctica por compañías como Google e IBM con el desarrollo de equipos de computación cuántica que alcanzan los 70 qubits.
En 2018, Google superó su anterior sistema de 9 qubits con el Dubbed Bristlecone, un computador cuántico de 72 qubits. Mientras tanto, IBM le sigue los pasos con la versión de uso comercial del sistema IBM Q, un equipo de 20 qubits que pretende llevar la tecnología cuántica para aplicaciones de negocios e investigaciones. La computadora fue presentada durante el Consumer Electronic Show (CES) 2019 y ExxonMobil será la compañía encargada de utilizarlo por primera vez para detectar sus fallas y ventajas.
IBM había divulgado su interés por apostarle a la tecnología cuántica desde 2006. Sin embargo, su idea se materializó 10 años después con el proyecto Quantum Experience, una plataforma en la nube abierta para investigadores sobre un procesador de 5 qubits. No obstante, su capacidad se quedaba corta para realizar cálculos de mayor complejidad, por lo tanto, la siguiente apuesta de la compañía fue un sistema de 16 qubits y luego de 20. Así hasta llegar al desarrollo de un equipo de 50 qubits. presentado recientemente.
Así las cosas, las compañías continúan inmersas en una carrera por desarrollar el procesador cuántico más grande, rápido y confiable del mundo. Los expertos suponen que la revolución de esta tecnología llegará una vez los computadores superen los 100 qubits.
Pero, en la búsqueda de la supremacía cuántica, comienzan a destacarse otras marcas como Microsoft, que cuenta con una división de computación cuántica, e Intel, que está integrando procesadores cuánticos en chips de silicona.
Por otro lado, entre las empresas que están dando los primeros pasos en este campo se destacan las marcas dedicadas a los servicios financieros. Por ejemplo, compañías como Barclays, Goldman y Sachs, entre otras, están revisando cómo potenciar el uso de este modelo en áreas como la optimización de portafolio, fijación del precio del activo, presupuestario de proyectos de capital, así como seguridad de datos.
La industria aeroespacial también comienza a adentrarse en esta tendencia. Compañías como Airbus están analizando proyectos en comunicaciones y criptografía, mientras que otras como Lockheed Martin están investigando aplicaciones para la verificación y validación de sistemas complejos y están agilizando el desarrollo de algoritmos de aprendizaje de máquina.
Además, la marina de EE. UU. está incorporando programas de entrenamiento en computación cuántica y busca desarrollar algoritmos para dar solución a problemas de optimización como el almacenamiento y recuperación de datos. Mientras, la NASA está investigando aplicaciones en comunicaciones, navegación distribuida y diagnóstico del sistema.
¿Cómo preparar su empresa para la era cuántica?
Si bien el impacto de la tecnología cuántica no será visible en el corto plazo, los expertos advierten que es importante no ignorar su capacidad de transformación que traerá sobre el entorno empresarial. Existen algunas medidas que, desde ahora, los empresarios pueden adoptar para anticiparse y aprovechar las ventajas de esta tendencia.
En primer lugar, teniendo en cuenta que un gran número de organizaciones realizan grandes cálculos para las estrategias de administración y planeación, las compañías pueden aprovechar la tecnología cuántica antes de su llegada. En este sentido, los líderes empresariales deben cuestionarse sobre los efectos que traería el realizar estas operaciones un millón de veces más rápido. La respuesta podría llevarlos a replantear las cargas de trabajo de las analíticas.
Como segunda medida, vale la pena ir en línea con las instituciones de investigación y desarrollo e invertir en asociaciones académicas que exploren esta área, así como lo hacen entidades como el Commonwealth Bank of Australia. Construir una relación con las academias podría considerarse como la mejor forma de explorar las aplicaciones de la tecnología cuántica.
Entre las instituciones que están liderando este tipo de organizaciones se destacan University of SouthernCalifornia, Delft University of Technology, University of Waterloo, University of New South Wales, University of Maryland y Yale Quantum Institute.
Finalmente, entre los planes de protección cibernética, es fundamental que las empresas fijen su mirada en el largo plazo y piensen en la adopción de medidas de seguridad. La posibilidad de recurrir a la velocidad de esta tecnología para quebrantar sistemas de encriptación, aparentemente robustos, se ha convertido en uno de los desafíos a los que podrían enfrentarse las compañías. Es por esto que los expertos advierten la importancia de desarrollar agilidad críptica, para tener la posibilidad de renovar los algoritmos por unos más seguros.
En este sentido, aunque para las compañías no sea de gran relevancia invertir en tecnologías que no se vislumbran para el mediano plazo, los expertos advierten que destinar fuerzas y recursos para la capacitación interna, las asociaciones de investigación y desarrollo, así como la planeación estratégica, pagará dividendos en la era cuántica.
Así lo han comprendido grandes potencias como Estados Unidos, que recientemente anunció una inversión de USD 249 millones para desarrollar 118 proyectos relacionados con este campo de la ciencia. Lo mismo ocurre en China, donde se está construyendo el Laboratorio Nacional de Ciencias de Información Cuántica, con una inversión de USD 10,000 millones, que funcionaría a partir de 2020.
Por supuesto, los países latinoamericanos no serán ajenos a esta transformación. Su principal reto será poner su mirada en el futuro y no quedarse atrás en el camino de la revolución digital por la falta de capacitación y el temor a invertir.