En el mundo empresarial y tecnológico actual, donde la interacción con sistemas basados en inteligencia artificial se vuelve cada vez más cotidiana, nos preguntamos si añadir expresiones de cortesía como “por favor” o “gracias” al formular una solicitud realmente influye en la calidad de la respuesta de la IA. Como profesional con más de tres décadas apoyando a organizaciones en Colombia en su transformación digital, sé que cada detalle de la comunicación puede marcar una diferencia. Si estás utilizando IA en tus procesos, en tu atención al cliente o en la automatización de tareas internas, entender cómo optimizar esa interacción es clave.
👉 LEE NUESTRO BLOG para descubrir cómo la cortesía —o la falta de ella— puede tener implicaciones prácticas en tu empresa.
Cuando comencé a explorar las herramientas de inteligencia artificial hace ya más de diez años, uno de los primeros desafíos no fue técnico, sino comunicacional: cómo nos dirigimos a “máquinas” que responden como humanos, pero sin ser humanos. Hoy, al mirar el panorama cercano al 2025, nos encontramos con estudios que analizan precisamente el efecto de la cortesía —es decir, expresiones como “por favor” y “gracias”— en la interacción con los modelos de lenguaje (LLM). Según un artículo publicado en Colombia por El Colombiano, sobre un estudio de la Universidad de Cornell, se observó que el lenguaje cortés puede provocar una mejor alineación del modelo y una respuesta más eficaz.
En concreto, la investigación reveló que cuando las peticiones eran formuladas con cortesía, los modelos tendían a responder de un modo más alineado, mientras que en los casos de tono descortés el rendimiento bajaba.
Sin embargo, al mismo tiempo este tema ha generado reflexiones críticas. Algunas publicaciones como MarketingDirecto señalan que el agregar expresiones educadas no mejora sustancialmente la calidad de la IA y que, en cambio, podría incrementar el coste del procesamiento por tokens adicionales. Y otra más advierte que el hábito de saludar, agradecer, despedirse con la IA, si bien humano, podría no tener justificación técnica.
Este contraste me lleva a recomendar a las empresas que trabajamos en automatización y calidad funcional (y desde mi rol en TODO EN UNO.NET S.A.S. así lo validamos): lo importante no es tanto la cortesía en sí como la claridad, la precisión y la estructuración de la solicitud al modelo. Dicho de otro modo: la cortesía es valiosa en el ámbito humano, pero desde la perspectiva funcional de la IA su impacto real puede depender de otros factores clave.
Para contextualizarlo en una empresa en Colombia: imagina que tienes un asistente de IA que responde consultas de clientes, genera reportes o automatiza tareas administrativas. Si tus colaboradores introducen “Por favor, genera el reporte…” frente a “Genera el reporte…” podrían incurrir en una diferencia de tokens mínimos, pero ¿cambiará eso radicalmente la calidad del informe que se genera? El estudio sugiere que podría haber una mejora —pero no está garantizada. Y el coste tecnológico y económico de esos milisegundos adicionales, multiplicados por miles de transacciones automáticas, también debe tenerse en cuenta.
Además, la cultura juega un papel. En la investigación sobre modelos multilingües y diferentes idiomas (inglés, chino, japonés) se identificó que el nivel de formalidad requerido variaba según el idioma. En japonés, por ejemplo, la formalidad elevada sí se correlacionaba con mayor efectividad. En Colombia o América Latina, nuestra tradición lingüística ya es amable, y es habitual iniciar con “buenos días, por favor…”; pero en una solicitud a una IA eso no necesariamente corresponde al mejor uso técnico —más bien a una costumbre humana.
Desde la óptica institucional de TODO EN UNO.NET, que acompaña a empresas en procesos de transformación digital con la filosofía de que “nunca la tecnología por la tecnología en sí misma, sino la tecnología por la funcionalidad”, el mensaje clave es el siguiente: prioriza que tus instrucciones a sistemas de IA sean claras, estructuradas y alineadas con el objetivo que buscas. Puedes incluir cortesía si lo deseas, porque genera un tono adecuado en tus equipos y clientes, pero no dependas de ella como mecanismo para “obligar” a la IA a responder mejor. El valor real está en definir el problema, los datos de entrada, la salida esperada y las reglas de control.
Permíteme compartir otro ejemplo práctico: una empresa manufacturera en Bogotá integró un chatbot de IA para atender preguntas frecuentes de sus proveedores. Al principio sus operadores formaban las preguntas con cortesía (“Por favor, indícame el estatus…”), pero los resultados no mejoraban respecto a los operadores que formulaban sin cortesía. Lo que sí mejoró claramente fue cuando revisaron la estructura de la petición (¿qué campo de estado específico? ¿qué rango de fechas?) y establecieron qué tipo de respuesta esperaban. Con ello se redujo en un 27 % el número de preguntas de seguimiento. En contraste, el solo cambio de insertar “por favor” o “gracias” no produjo mejoras medibles.
Otro aspecto relevante: cuando desplegamos modelos en automatización documental o de generación de contenido, los tokens importan. Cada palabra adicional genera coste, incluso si hablamos de microsegundos. Por ello, desde la estrategia 2026–2030 de TODO EN UNO.NET, aconsejamos optimizar los prompts (las primeras instrucciones) para ser eficientes —y sí, eso incluye evitar excesos innecesarios de lenguaje si son puramente rituales. Esto no significa ser descortés con la IA: significa ser funcionalmente cortés.
También es importante tener presente el factor humano: muchas veces los equipos que trabajan con IA traen consigo hábitos de comunicación humana con sus compañeros. Inculcar que los prompts deban ser profesionales, directos y orientados al resultado es parte de la cultura digital que impulsamos. Porque la transformación digital no solo es tecnológica, es humana y cultural. Si permites que los operadores utilicen “por favor” o “gracias” como parte de un tono de atención al cliente, está muy bien; pero si esperas que la IA responda “mejor” solo por esas palabras, es una expectativa que debes revisar.
Desde la normativa de cumplimiento, si tu empresa está sujeta a control de datos, privacidad y auditoría automatizada, una buena práctica es documentar cómo se formulan las peticiones a los sistemas de IA, qué datos se usan, qué controles de calidad aplican. En ese contexto, lo relevante es la trazabilidad, la transparencia y la gobernanza de la IA, más allá de la cortesía lingüística. En nuestro país, donde muchas empresas están transitando hacia modelos de automatización, es clave que se establezca una política de uso de IA que contemple roles, responsabilidades, calidad de datos, revisión humana y ética, y no simplemente “trato amable con la máquina”.
En resumen, afirmar que “sí, decir por favor y gracias mejora las respuestas de la IA” es una simplificación que no resiste todos los matices. Más bien podemos decir: la interacción con IA puede beneficiarse de una formulación respetuosa, clara y estructurada, pero la mejora depende de cómo se diseñe la petición, qué datos se aportan, y qué controles se aplican. En el marco de la transformación empresarial, el enfoque debe centrarse en funcionalidad, resultados y cultura digital.
Para finalizar este desarrollo, me gustaría invitarte a reflexionar: cuando tu equipo formule peticiones a la IA, ¿se están preguntando primero “qué resultado necesito”, “qué datos tengo” y “cómo quiero que sea la salida”, o simplemente están agregando cortesía por inercia? La cortesía puede sumar, pero la claridad y la calidad de la petición suman mucho más.
Durante más de treinta años he acompañado a organizaciones en Colombia y Latinoamérica a adoptar innovación, cumplimiento, inteligencia de negocios y cultura digital. He visto que, al igual que en los procesos de automatización de facturación electrónica, Habeas Data o transformación funcional, los detalles de cómo nos comunicamos hacen la diferencia, pero lo esencial siempre es que esa comunicación aporte valor, esté alineada con un propósito y transforme resultados. Si estás encarando la implementación de sistemas de inteligencia artificial, ya sea para atender clientes, automatizar procesos o generar insight, desde TODO EN UNO.NET disponemos de consultorías tecnológicas, de cumplimiento normativo, de formación en cultura digital y de automatización funcional diseñadas para acompañarte en cada fase: análisis, estrategia e implementación. Aumentamos la eficiencia de tu empresa con soluciones digitales y normativas. Y lo más importante: ese acompañamiento no termina en un informe o un módulo implementado; se construye una relación de mejora continua, actualizada y orientada al liderazgo en tu sector. ¿Listo para transformar tu empresa con tecnología funcional?
Julio César Moreno Duque
Fundador – Consultor Senior en Tecnología y Transformación Empresarial
👉 “Nunca la tecnología por la tecnología en sí misma, sino la tecnología por la funcionalidad.”
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