Los trabajadores menos agradables y menos
complacientes en el trabajo, suelen se más valorados por las empresas. Así lo
revela el resultado de una encuesta realizada en Estados Unidos en donde se
demuestra que este tipo de personas recibe un salario mayor a lo que son
amables.
El estudio “Do Nice Guys Finish Last?”
publicado por la Academy of Management de Estados Unidos, revela que el
contexto competitivo laboral hace que las personas que son agradables en el trabajo
terminen ganando menos que aquellos que son tienden a no ser complacientes con
sus jefes.
La encuesta se realizó entre 20.000 profesionales en Estados Unidos y Canadá y se definió el indicador de ‘amabilidad’ con preguntas que definieran la franqueza, modestia, sensibilidad hacia los demás y el altruismo de cada uno. Según la Academia, quienes no cuentan con estas cualidades se vuelven menos agradables para el ambiente laboral.
El resultado demuestra que entre los hombres, los descorteces ganan un 18,31% más que los trabajadores simpáticos de la compañía. En el caso de las mujeres no es tan alta la diferencia pues el salario llega a ser mayor en un 5,47%. En el resultado, la academia señala que “la prima de ingresos por desagradar es tres veces más alta en hombres que en mujeres”.
El afán de competencia puede ser la respuesta a estos comportamientos que normalmente en la academia no aplican. En las universidades y al interior de las empresas, al contrario de incentivar un ambiente hostil, se trata de propender una cultura de trabajo en equipo, amabilidad y generosidad.
Sin embargo, póngase a pensar en los puestos de los directores, que toman decisiones todo el tiempo y están obligados a mostrar resultados, siempre necesitan un grado de agresividad, si se pone en los términos del estudio, por eso son más valorados que los profesionales que se tienen que acomodar al puesto en el que están.
Academy of Management resalta dentro de la encuesta que estos comportamientos de antipatía y poca amabilidad se encuentran en lugares donde la competencia es necesaria para alcanzar objetivos. Así que evitar conflictos no siempre es bueno en el ambiente laboral, el debate y un poco de dureza, sin llegar al irrespeto, siempre hace falta.
Más resultados
En dos estudios previos realizados por esta universidad en los 90, el análisis reveló datos muy similares: las mujeres ganan considerablemente menos que los hombres. Los trabajadores que tienen alto grado de simpatía, es decir, que se describen como agradables o útiles, ganan significativamente menos que los que no usan tales términos para su descripción.
El estudio resalta que esto fue lo más “sorprendente y algo desalentador, ver lo arraigados que siguen estando los estereotipos entre los jóvenes de hoy”.
La encuesta se realizó entre 20.000 profesionales en Estados Unidos y Canadá y se definió el indicador de ‘amabilidad’ con preguntas que definieran la franqueza, modestia, sensibilidad hacia los demás y el altruismo de cada uno. Según la Academia, quienes no cuentan con estas cualidades se vuelven menos agradables para el ambiente laboral.
El resultado demuestra que entre los hombres, los descorteces ganan un 18,31% más que los trabajadores simpáticos de la compañía. En el caso de las mujeres no es tan alta la diferencia pues el salario llega a ser mayor en un 5,47%. En el resultado, la academia señala que “la prima de ingresos por desagradar es tres veces más alta en hombres que en mujeres”.
El afán de competencia puede ser la respuesta a estos comportamientos que normalmente en la academia no aplican. En las universidades y al interior de las empresas, al contrario de incentivar un ambiente hostil, se trata de propender una cultura de trabajo en equipo, amabilidad y generosidad.
Sin embargo, póngase a pensar en los puestos de los directores, que toman decisiones todo el tiempo y están obligados a mostrar resultados, siempre necesitan un grado de agresividad, si se pone en los términos del estudio, por eso son más valorados que los profesionales que se tienen que acomodar al puesto en el que están.
Academy of Management resalta dentro de la encuesta que estos comportamientos de antipatía y poca amabilidad se encuentran en lugares donde la competencia es necesaria para alcanzar objetivos. Así que evitar conflictos no siempre es bueno en el ambiente laboral, el debate y un poco de dureza, sin llegar al irrespeto, siempre hace falta.
Más resultados
En dos estudios previos realizados por esta universidad en los 90, el análisis reveló datos muy similares: las mujeres ganan considerablemente menos que los hombres. Los trabajadores que tienen alto grado de simpatía, es decir, que se describen como agradables o útiles, ganan significativamente menos que los que no usan tales términos para su descripción.
El estudio resalta que esto fue lo más “sorprendente y algo desalentador, ver lo arraigados que siguen estando los estereotipos entre los jóvenes de hoy”.