Imagen del iPhone.
Para una empresa que tiene un producto que deja más del 40 por ciento de
rentabilidad, algo que ni la Coca-Cola ofrece, es complejo entender por qué
lanzaría una versión de dicho dispositivo hecho con materiales plásticos, es
decir, barato.
Por eso, decidimos analizar desde distintas ópticas por qué sería buena o
mala idea dicha jugada de negocio:
1. El peligro de perder a los fans del iPhone. Quien tiene
un iPhone, y pagó por tenerlo, lo hizo por el sentido de exclusividad de la
marca. Es además una persona que tiene una tarjeta de crédito y que también es
fanática de las aplicaciones, canciones, películas, etc., que compra en iTunes,
otro factor de diferenciación. A menos que el próximo iPhone de 'gama alta' sea
lo suficientemente innovador y distinto, este tipo de usuario podría abandonar
la marca, al ver que su teléfono no lo diferencia 'del resto del mundo'. Así
funciona el posicionamiento de Apple. No obstante vale la pena recordar que esta
empresa ya vende hace rato un 'iPhone barato': el iPhone 4 y el 4S, modelos que
en Colombia se han vendido desde $0 en algunos operadores.
2. La pelea es contra Android. El sistema operativo móvil de
Google va ganando terreno rápidamente. Marcas como Samsung, además, están
logrando una alta rentabilidad y ganancias con dicha plataforma en sus Galaxy.
Por eso es lógico que venga un iPhone de 199 dólares (según rumores) además con
un sistema operativo (iOS 7) tan parecido a Android, pero sin perder la esencia
de Apple. Sin duda, se va a vender como pan caliente.
3. Rentabilidad vs. participación de mercado. Pese a que el
iPhone es muy rentable (deja más del 40 por ciento de ganancia por unidad), es
la participación de mercado lo que afecta el desempeño de la acción, el valor
bursátil de la empresa. Al ceder terreno contra Samsung en 'smartphone', Apple
ha visto cómo su acción pasó de costar hace un año más de 700 dólares, a unos
500 dólares hoy en día. La única manera de retomar el valor es aumentando la
participación de mercado, es decir, vendiendo muchas más unidades. Por ende, la
solución es bajar el precio del equipo. Empresas como Samsung, LG y Nokia han
demostrado que con equipos de bajo costo se alimentan las cifras de presencia en
el mercado, así la rentabilidad no sea la mejor.
4. Aprender del pasado. En los años 90 Apple decidió
cerrarse al mundo. Sin importarle lo que pasara, se enfocó en vender (muy caros)
sus productos a una porción muy pequeña de clientes (seguidores religiosos),
incluso cerrando su plataforma a terceros. Entre tanto Windows e Intel
masificaron el PC con infinidad de marcas que, por efectos de competencia,
redujeron los precios hasta arrinconar a Apple y sus Mac a niveles
imperceptibles de mercado. Apple no querrá repetir ese error. Es el momento de
abrir al iPhone al mercado masivo, hacerlo asequible e inundar el mundo de
equipos. Ya probó, con el iPad Mini (que por precio relegó al iPad 'normal'),
que la gente compra mucho mas si el precio lo permite.
5. La ventaja de iOS y iTunes. A diferencia de Android,
Apple cuenta con el control de su sistema operativo y del hardware, es decir, de
la fabricación del aparato. Esto, sumado al ecosistema de la tienda de
contenidos y aplicaciones, iTunes, genera un fuerte enganche del usuario con la
marca. En cambio los usuarios de Android no son fieles a quien fabrica el
teléfono. Hoy usan Samsung, pero si mañana LG, Motorola, HTC, Sony o el que sea,
presenta un modelo con una característica distinta e innovadora, se cambian de
marca sin problema.Y visceversa. ¿Querrá Apple entrar en ese río revuelto a
pescar mas clientes y fidelizarlos? Seguro que sí.
De manera comparativa, y con el permiso de la industria automotríz para el
ejemplo, todos sabemos que Kia es una buena marca. Que tiene carros de gama
alta, costosos y repletos de las mejores tecnologías, pero que también ofrece
varios modelos asequibles en precio, con menores prestaciones. Es su
estrategia.
Si BMW decidiera un día que quiere competir contra Kia, sabrá que para ello
debe dejar de lado su visión de ser una marca exclusiva, que vende autos
costosos a unos pocos, para competir con variedad de modelos y precios. Con
seguridad elevarían su participación de mercado a niveles increíbles, y creo que
a muchos nos encantaría esto. Por fin alcanzaríamos un BMW. Así al actual dueño
de un carro de esa marca no le guste mucho la idea.