En una tarde cualquiera, el gerente de una empresa nos llama alarmado: un empleado recibió un correo con un enlace malicioso y casi compromete información sensible. Ese día me acordé del reciente informe de la Superintendencia Financiera: los ataques cibernéticos al sistema bancario colombiano aumentaron 29 % en 2024 frente al año anterior, generando pérdidas millonarias y obligando al sector a reforzar su ciberseguridad. Esa cifra es una campanada de alerta, porque si los bancos —con los recursos que manejan— se ven vulnerados, ¿qué puede pasar en tu empresa, que quizá no cuenta con tanta protección? Acompáñame en esta lectura: entenderás las causas reales, los riesgos inevitables y una hoja de ruta práctica para blindar tu organización ante esta oleada digital.
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Hace más de tres décadas incursioné en el mundo de la transformación digital, y puedo asegurarte que los ataques cibernéticos no son hoy un problema del mañana: ya están golpeando con fuerza. Esa alza del 29 % reportada por la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) no es un dato aislado: refleja la tendencia global de entornos digitales más agresivos y sofisticados. En Colombia, esa vulnerabilidad se suma al hecho de que el país registró alrededor de 36.000 millones de intentos de ciberataques en 2024, consolidándolo como el segundo país más atacado en Latinoamérica, con un 17 % de participación regional.
Ese contexto me lleva a un diagnóstico compartido: muchas empresas enfrentan una “brecha de brechas”. Aun cuando han digitalizado procesos, adoptado nube, API y sistemas interconectados, aún no han creado cultura de ciberresiliencia. Los vectores de riesgo comunes —credenciales débiles, accesos remotos sin control, falta de monitoreo continuo, segmentación inadecuada, sin planes de respuesta— están presentes en múltiples organizaciones de distintos tamaños. Por eso un actor aparentemente pequeño, un emprendedor o una empresa mediana, puede estar tan expuesta como un banco, si no se toman las medidas correctas.
Para dimensionar el contraste internacional, observa dos ejemplos: en la Unión Europea se ha pasado de una cultura de reporte voluntario a obligatoria con el marco NIS2, que exige notificación de incidentes graves a autoridades y sanciones en caso de incumplimiento. En Estados Unidos, las entidades financieras reguladas por la Gramm-Leach-Bliley Act (GLBA) y la normativa de FFIEC exigen controles rígidos de acceso, pruebas de penetración regulares y auditorías independientes. Esa exigencia ha obligado a los bancos estadounidenses a elevar sus presupuestos de ciberseguridad hasta un 15 % de sus inversiones IT anuales.
En Colombia, sin embargo, el regulador ya ha iniciado pasos en esa dirección. La SFC ha insistido a entidades financieras en reforzar la ciberseguridad para proteger a los consumidores. También ha definido requerimientos mínimos bajo la Circular Externa 007 de 2018, que establece obligaciones para gestión de seguridad de la información y ciberseguridad para entidades vigiladas y operadores de información. Esa normativa exige, por ejemplo, que las entidades reporten incidentes significativos, establezcan controles mínimos, definan responsabilidades claras (como un jefe de seguridad de la información), implementen monitoreo continuo y procedimientos de respuesta y recuperación.
En el terreno práctico, recuerdo cuando asesoré una empresa de servicios financieros que en un auditoría interna descubrió uso de credenciales compartidas entre varios empleados. Le propuse un test de penetración (pentest). En ese ejercicio, encontraron que un atacante externo podía moverse dentro de la red lateralmente y escalar privilegios hasta base de datos de clientes. Eso generaba un riesgo de fuga masiva de datos. Implementamos autenticación multifactor (MFA), segregación de red, zero trust parcial y monitoreo SIEM/EDR — logrando contener cualquier movimiento lateral desconocido en menos de 15 minutos. Esa experiencia me enseñó algo: un solo punto de entrada es suficiente para una crisis mayor.
Ahora bien, las consecuencias de un ciberataque no son solo técnicas: la reputación se fractura, los clientes se retiran, las sanciones regulatorias y legales se acumulan, los costos de recuperación pueden multiplicarse por 10 o más. Para la empresa pequeña ese golpe puede significar incluso el cierre. Por eso, la urgencia de actuar no es una opción: es una necesidad estratégica.
Para orientarte con un plan sólido, te comparto una hoja de ruta práctica basada en mi experiencia:
En uno de mis proyectos con una empresa mediana, tras aplicar esa hoja de ruta, logramos reducir los incidentes exitosos en un 60 % en los primeros seis meses, y mejorar su puntuación de madurez de ciberseguridad de nivel 2 a nivel 4 en estándares comparativos. Esa transformación sirvió además para renegociar seguros cibernéticos con mejores condiciones, trayendo ahorro y confianza al cliente.
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Cuando llegamos al tramo final, te ofrezco una reflexión que navega entre la atracción del conocimiento, la invitación a actuar y el compromiso de acompañarte en el largo plazo. En TODO EN UNO.NET no creemos en proyectos aislados: creemos en procesos de transformación continua. A lo largo de más de 30 años he sido testigo de cómo las empresas que aceptan el cambio evolutivo pasan de sobrevivir a liderar su sector. Por eso te digo: la resistencia al cambio tecnológico es natural, pero es precisamente ese salto el que marca la diferencia entre permanecer vulnerable o consolidarte como un referente digital. Con mis servicios de consultoría administrativa, tecnológica, mercadeo digital, habeas data y facturación electrónica armo contigo una hoja de ruta viable, tangible, orientada a resultados. No solo te entrego diagnósticos, te acompaño en la implementación, en los ajustes constantes y en la medición de resultados. Aumentamos la eficiencia de tu empresa con soluciones digitales y normativas, y con mi experiencia y la institucionalidad de TODO EN UNO.NET desde 1995, te ofrezco respaldo, tranquilidad y visión de futuro. Porque la tecnología solo tiene sentido cuando entrega funcionalidad real. Confía en que juntos no solo transformarás tu empresa, sino que la convertirás en un pilar de seguridad y liderazgo en tu industria.
